La estomatitis aftosa es una de las formas más comunes de esta patología, caracterizándose por la aparición de aftas en una o varias zonas de la mucosa oral (labios, lengua, interior de las mejillas, encías, suelo de la boca e incluso en el paladar).
Causas de la estomatitis aftosa
No se conocen con precisión las causas de este tipo de estomatitis, aunque estudios realizados en gemelos sugieren que hay algún tipo de condicionante genético. También se ha podido comprobar la presencia en las aftas de un elevado número de células inflamatorias del sistema inmune, lo que sugiere que una descompensación en el normal funcionamiento de éste puede desempeñar un importante papel en el proceso de generación de las aftas.
Además, se baraja la existencia de determinados factores de riesgo:
- Infecciones, especialmente si son crónicas.
- Debilidad del sistema inmunológico.
- Déficit de determinados nutrientes.
- Sensibilidad al gluten.
- Traumatismos en la boca.
Cuando las aftas aparecen de forma recurrente, por ejemplo, la primera sospecha sobre su origen recae sobre una deficiencia de vitaminas del grupo B, entre ellas el ácido fólico, o hierro.
Síntomas de la estomatitis aftosa
Las aftas son generalmente de tamaño pequeño y forma redondeada y una coloración blanquecina o amarillenta. Se suelen presentar de forma aislada, aunque en ocasiones, especialmente si están causadas por el virus del herpes simple, pueden aparecer en forma de racimo e incluso en diferentes localizaciones del interior de la boca.
Antes de aparecer las ampollas que luego producen la úlcera al romperse, la estomatitis aftosa se manifiesta con una sensación molesta de ardor o quemazón en la zona donde aparecerán al cabo de uno o días. Las úlceras suelen ser dolorosas al tacto, la presión y al entrar en contacto con determinado tipos de alimentos, especialmente los más ácidos, por lo que en ocasiones se presentan dificultades a la hora de comer o beber.
Las lesiones pueden durar hasta una o dos semanas, o incluso más, si son de gran tamaño.
Tratamiento de la estomatitis aftosa
Cuando las ampollas y úlceras aparecen de forma aislada, en la mayoría de los casos no se requiere ningún tipo de tratamiento, ya que suelen desaparecer por sí solas al cabo de un máximo de siete o diez días. No obstante, existen medicamentos de uso tópico que ayudan a calmar las molestias que causan las aftas, al igual que sucede con ciertos tipos de enjuagues bucales. Raramente se necesita el uso de antiinflamatorios. Lo que sí es importante destacar es que cuando se ha identificado algún factor de riesgo concreto, se pueden adoptar medidas para evitar la recurrencia o reducir el número de episodios. Así, la toma de complejos vitamínicos puede ser útil en personas con las deficiencias nutricionales ya señaladas.