La radiación ultravioleta tiene un efecto acumulativo sobre la piel. De hecho, los expertos consideran que antes de los 18 años ya se ha cubierto entre el 50 y el 80% de la radiación que supone un riesgo claro frente al cáncer de piel. Tanto es así que cada vez es más frecuente encontrar casos de melanoma en jóvenes de entre 20 y 25 años. La razón de ello es simple: estos jóvenes no han sido protegidos adecuadamente frente a los efectos nocivos del sol desde su infancia. Una protección que, además, no debe limitarse a la playa o la piscina y que debe contemplar los siguientes puntos:
- Bajo ningún concepto se debe exponer al sol a los bebés de menos de 6 meses, ya que tienen su piel es más fina y contiene menos melanina, por lo que se quema con más facilidad.
- Tampoco deberían exponerse al sol los niños menores de 3 años, pero si esto ocurre debe hacer con las máximas precauciones.
- Hay que proteger a los niños con ropa que no deje pasar la radiación ultravioleta, gorra, gafas y protectores solares de altos índices, especiales para niños y resistentes al agua.
- Los fotoprotectores deben utilizarse incluso en la sombra y en todas las actividades al aire libre, aunque éstas se realicen el jardín o en la calle.
- Evitar que los niños permanezcan demasiado tiempo al sol durante las horas del día en que la radiación solar es más fuerte (de 11 a 17 horas en verano). Y siempre con la adecuada protección solar.
- Hacerles beber agua con frecuencia.
- Incluso los niños mayores necesitan evitar demasiada exposición al sol; hace que se sientan cansados e irritables. Es importante ir a la playa con sombrilla y que el niño pase la mayor parte del tiempo posible bajo ella.
- Con los niños es preferible utilizar un fotoprotector de máxima protección y preferiblemente resistente al agua. Éste debe ser aplicado generosa y uniformemente por toda la superficie de la piel 30 minutos antes de que se exponga al sol, y debe volverse a hacerlo cada vez que el niño salga del agua o cada dos horas.
- También deben protegerse los ojos con gafas de sol adecuadas y homologadas.
- Si el niño está tomando algún medicamento es importante asegurarse de que éste no aumenta la fotosensibilidad de la piel. El pediatra o el farmacéutico pueden informarle de ello.
Seguir todos estos consejos y explicar al niños las razones por las que se siguen es una importante labor educativa y la principal protección para el futuro, ya que le ayudará a incorporar estos compartimientos a su actividad cuando sea adulto.