Para muchas personas el inicio de un nuevo año significa volver a ponerse a dieta: comenzar a comer de forma saludable después de las grandes comidas navideñas, hacer más deporte, movernos un poco más... Pero en algunas ocasiones esto no es suficiente. Las personas que sufren obesidad de grado 1, 2 o 3 necesitan en ocasiones una ayuda extra, y para ellos existe el método POSE.
Qué es el método POSE
El método POSE es un acrónimo de la Cirugía Primaria Endoluminal de la Obesidad, uno de los grandes avances para tratar la obesidad en los últimos años. Está destinado a personas que sufren obesidad o que tienen un IMC (índice de masa corporal) entre 30 y 40, y es uno de los métodos más seguros para el tratamiento de esta afección, ya que es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que ni siquiera requiere ingreso.
La visita con el médico especialista
Antes de nada debemos visitar a nuestro médico especialista, que nos indicará si somos pacientes aptos para el método POSE. No todo el mundo puede someterse a esta intervención, que está reservada para pacientes de obesidad de grado 1, 2 y 3 (no pacientes con sobrepeso), para pacientes que hayan superado con éxito otros tratamientos para bajar de peso pero que hayan vuelto a recuperarlo con el paso del tiempo o para pacientes con obesidad mórbida que no deseen someterse a otras cirugías mayores.
Después de esta primera consulta de valoración realizada por el médico especialista, en la que valorará nuestra situación, se pasa a programar la intervención.
Cómo es la intervención
El método POSE destaca por no requerir cirugía: no se realiza ingreso en la clínica, sino que es un tratamiento ambulatorio. La intervención es muy rápida, de apenas 40 minutos, y se realiza por vía oral a través de una endoscopia bajo anestesia general: se realizan una serie de pliegues en el fundus gástrico con el fin de modificar el tamaño del estómago y reducir su capacidad, así como en el antro para enlentecer su vaciado. Básicamente lo que se hace es una reducción de estómago por vía endoscópica, de modo que, al modificar el tamaño del mismo, se genera una sensación de saciedad constante, aun cuando se ingiere solo una pequeña cantidad de alimentos.
Aunque las suturas que se realizan en el estómago están preparadas para que se mantengan toda la vida, la intervención con el método POSE es totalmente reversible, siendo posible eliminarlas y deshacer los pliegues del estómago si se considera necesario.
Qué ocurre después de la intervención
El hecho de no realizarse incisiones ni heridas externas hacen del método POSE una intervención muy segura en la que no se han descrito casos de mortalidad y solo un 2% de complicaciones transitorias. Además, el tiempo de recuperación del paciente es muy rápido, pudiendo volver a casa generalmente en el mismo día (aunque es el cirujano quien debe estimar en cada caso cómo proceder). Después de la intervención es muy importante que el paciente siga un programa de reeducación de hábitos alimenticios y de estilo de vida en el que se le explicará cómo alimentarse de manera óptima para seguir perdiendo peso y se le reeducará en un estilo de vida saludable.
Como cualquier intervención quirúrgica para el tratamiento de la obesidad, la adhesión a este programa de reeducación nutricional es básico para el éxito de la intervención. El paciente debe ser consciente de que su programa de pérdida de peso no termina al salir del ambulatorio, sino que debe implicar un cambio de hábitos de vida, los cuales serán guiados por profesionales sanitarios.
¿Cuánto peso puedo perder con el método POSE?
Los pacientes que se someten al método POSE comienzan a perder peso durante las primeras cuatro semanas tras el procedimiento: en estas cuatro semanas es cuando se empieza a notar esa nueva sensación de plenitud al ingerir pequeñas cantidades de comida, lo cual es una ayuda para el paciente acostumbrado a comer grandes porciones.
El paciente que se somete al método POSE puede llegar a perder alrededor del 45% del exceso de peso, siempre y cuando se siga el programa multidisciplinar en las siguientes semanas que acompañará la intervención. El cambio de hábitos hacia otros más saludables es muy importante para que la intervención tenga el efecto deseado en el paciente.