Como toda intervención quirúrgica, la cirugía LASIK también conlleva algún riesgo y efectos secundarios, aunque es muy baja: 0,2-2%. Debe leerse con detenimiento el consentimiento informado antes de firmarlo, pues en el documento están especificados todos los efectos adversos y posibles complicaciones. Los más comunes son los siguientes:
- Sensibilidad a la luz: ocurre fundamentalmente durante la primera semana después de la intervención, aunque puede prolongarse más tiempo.
- Deslumbramiento: también ocurre durante los primeros días, formándose un halo o destello en torno a la fuente de luz. Suele ocurrir de noche, por lo que no se debe conducir durante los primeros días.
- Fluctuación en la visión, imágenes fantasma o visión doble: desaparece por sí solo al cabo de 2-5 semanas.
- Disminución de la sensibilidad al contraste: los objetos se pueden ver borrosos o grises.
- Sequedad ocular: suele mantenerse en pacientes que usaban lentillas y que ya presentaban lo que se denomina ojo seco. Aunque la sequedad ocular puede remitir al cabo de unos meses, es posible que estos pacientes tengan que utilizar lágrimas artificiales para mantener la hidratación de los ojos.
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Hipercorrección o hipocorrección: no es frecuente (sólo se da en un 5% de las intervenciones) y se trata de que la corrección de la vista, por exceso o por defecto, no ha sido la adecuada. Si esto sucede, se suele realizar una nueva intervención al cabo de tres meses para retocar la forma de la córnea.
Por otra parte, aunque son muy infrecuentes, tras la cirugía LASIK pueden surgir otras complicaciones más serias:
- Infecciones. Son muy raras, especialmente si después de la intervención se siguen las recomendaciones del oftalmólogo. En caso de producirse, se tratan con facilidad con la medicación adecuada.
- Inflamación de la córnea.
- Cicatrización de la córnea inadecuada.
- Alteraciones de la forma de la córnea. Puede hacer necesaria una segunda cirugía.