varicela
La varicela tiene una sintomatología muy característica que facilita su diagnóstico: la aparición durante los primeros seis días de manchas rojizas en la piel que luego se transforman en ampollas, pican mucho y se rompen con facilidad al rascarse, dejando costras e incluso cicatrices permanentes. Las manchas aparecen en todo el cuerpo, con preferencia en el tronco y el cuero cabelludo, aunque en los casos más graves se extienden a la cara, los brazos y las piernas.
No obstante, como en cualquier otra enfermedad infecciosa hay otros síntomas:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Cansancio.
- Falta de apetito.
Vacuna
En la actualidad existe una vacuna contra el virus de la varicela que se administra a los niños un año de edad. Es segura y eficaz en el 80% de los casos y no solo protege frente a la varicela, sino también frente a la aparición del herpes zóster en la edad adulta. No obstante, la vacunación está contraindicada durante el embarazo o cuando el sistema inmunitario está deprimido.
Tratamiento
La varicela debe tratarse con medicamentos antivirales, pero también es necesario tratar los síntomas que ocasiona mediante el uso de analgésicos, antihistamínicos y medicamentos de uso tópico (cremas o lociones) que permitan reducir el picor y evitar así que los niños se rasquen las ampollas. Si éstas se rompen conviene limpiar las heridas con paños húmedos para evitar posibles infecciones.