Los ganglios linfáticos son pequeñas estructuras del sistema inmunológico encargadas de filtrar sustancias dañinas como virus, bacterias y células anormales. Forman parte de la red del sistema linfático, que transporta la linfa, un líquido que contiene glóbulos blancos esenciales para la defensa del organismo.
Están distribuidos por todo el cuerpo, pero son más palpables en zonas como el cuello, las axilas, la ingle, debajo de la mandíbula y detrás de las orejas. Cuando estos ganglios se inflaman, se habla de linfadenopatía, un signo frecuente de respuesta inmunitaria ante diferentes estímulos.
Causas más comunes de los ganglios inflamados
Los ganglios inflamados no son una enfermedad en sí, sino un signo de que el sistema inmunológico está reaccionando. Las causas pueden ser benignas o, en menor medida, indicar condiciones más graves:
- Infecciones virales: como el resfriado común, gripe, mononucleosis o VIH.
- Infecciones bacterianas: faringitis estreptocócica, infecciones dentales o amigdalitis.
- Infecciones fúngicas: como candidiasis o infecciones por hongos en la piel.
- Enfermedades autoinmunes: como el lupus o la artritis reumatoide.
- Reacciones a vacunas: vacunas como la de la tuberculosis o la COVID-19 pueden producir inflamación temporal de ganglios.
- Cáncer: en casos menos frecuentes, los linfomas, leucemias u otros tumores pueden afectar los ganglios.
Síntomas de los ganglios inflamados
Los síntomas pueden variar en función de la causa y de la zona afectada, pero los más comunes son:
- Sensibilidad o dolor en el ganglio al tocarlo.
- Aumento de tamaño, perceptible al tacto.
- Fiebre, escalofríos o malestar general.
- Enrojecimiento y calor en la piel que recubre el ganglio.
- Dificultad para tragar o girar el cuello si los ganglios cervicales están inflamados.
¿Dónde se localizan los ganglios más importantes?
Los ganglios pueden inflamarse en distintas zonas del cuerpo. Las más comunes son:
- Ganglios cervicales: ubicados en el cuello y detrás de las orejas. Suelen inflamarse por infecciones respiratorias.
- Ganglios axilares: se encuentran en las axilas y pueden inflamarse por infecciones cutáneas o reacciones a vacunas.
- Ganglios inguinales: en la ingle, suelen responder a infecciones genitales o de piernas.
- Ganglios supraclaviculares: sobre la clavícula. Su inflamación puede ser un signo de enfermedades más graves.
¿Cómo se diagnostican los ganglios inflamados?
El médico realiza primero una exploración física, palpando los ganglios para valorar su tamaño, consistencia, localización y si provocan dolor. En función del contexto clínico, pueden requerirse pruebas complementarias:
- Análisis de sangre: para detectar infecciones o enfermedades autoinmunes.
- Ecografía: para evaluar el aspecto interno del ganglio.
- Radiografía o tomografía: si se sospecha una afectación más profunda o cáncer.
- Biopsia: en casos persistentes o con características sospechosas, se toma una muestra del ganglio para analizarla.
¿Cuándo acudir al médico?
En la mayoría de los casos, los ganglios inflamados desaparecen por sí solos en unos días. No obstante, se recomienda acudir al médico si:
- La inflamación dura más de 3 semanas.
- El ganglio crece progresivamente o aparece sin una causa aparente.
- Los ganglios son duros, fijos e indoloros.
- Hay fiebre persistente, pérdida de peso o sudores nocturnos.
- Existen otros síntomas como dificultad para respirar, sangrados o debilidad general.
Diferencias entre ganglios inflamados por infección o por cáncer
En la mayoría de los casos, los ganglios aumentan de tamaño por infecciones leves. Sin embargo, hay señales que pueden hacer sospechar una causa más grave:
- Infección: inflamación rápida, ganglio doloroso, blando y móvil, suele ir acompañado de fiebre y otros signos de infección.
- Cáncer: ganglio de crecimiento lento, no doloroso, duro y fijo. Puede acompañarse de síntomas generales como pérdida de peso o fatiga.
Solo un especialista podrá determinar la causa real tras una evaluación adecuada.
Tratamientos para los ganglios inflamados
El tratamiento dependerá de la causa. Algunas medidas habituales son:
- Reposo e hidratación: para casos leves de origen viral.
- Analgésicos y antiinflamatorios: como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor.
- Antibióticos o antivirales: si hay infección bacteriana o viral específica.
- Tratamiento específico: en casos de enfermedades autoinmunes o cáncer, el médico puede indicar inmunosupresores, quimioterapia o cirugía.
Mitos frecuentes sobre los ganglios linfáticos
“Todos los ganglios inflamados son cáncer”
Falso. La gran mayoría de los casos son benignos y relacionados con infecciones comunes.
“Si me duelen los ganglios, es más grave”
En realidad, el dolor suele indicar inflamación por infección, lo que suele ser transitorio.
“Se pueden desinflamar solos sin tratamiento”
En muchos casos sí, sobre todo si la causa es viral. Pero si persisten o presentan características anómalas, deben ser evaluados.
Conclusión
Los ganglios inflamados suelen ser una manifestación del sistema inmunológico frente a una infección o estímulo externo. En la mayoría de los casos, no son motivo de alarma. No obstante, si la inflamación persiste, crece o se acompaña de síntomas preocupantes, es fundamental acudir al médico para descartar enfermedades de mayor gravedad.
Un diagnóstico temprano permite un tratamiento eficaz y reduce riesgos. Mantener un estilo de vida saludable y un sistema inmunológico fuerte también ayuda a prevenir infecciones frecuentes.