La enfermedad de Chagas constituye uno de los principales problemas sanitarios de los países de América Central y Sudamérica, aunque en la actualidad se dan cada vez más casos en los países europeos como consecuencia de la inmigración y el turismo, formando parte del denominado grupo de enfermedades tropicales importadas.
Se trata de una enfermedad causada por el Tripanosoma cruzi, un parásito que llega al organismo humano a través de la picadura de un insecto conocido popularmente como chupasangre y que abunda, especialmente en viviendas de las zonas más pobres, con pocas condiciones higiénicas. El uso sistemático de insecticidas en el interior y exterior de las casas podría ser una buena manera de prevenir esta patología infecciosa que, de no tratarse adecuadamente, llega a cronificarse y a largo plazo puede incluso causar la muerte por un fallo cardiaco.
Síntomas de la enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas tiene una primera fase, la aguda, que puede ser completamente asintomática o presentar síntomas muy leves, como son una ligera fiebre, sensación de malestar general o inflamación de la zona en la que se ha producido la picadura del insecto. Y éste es el problema que plantea esta infección parasitaria, ya que la persona afectada puede no ser consciente de que está enferma y no ir al médico para ser tratada. De hecho, los síntomas, si es que se producen, remiten sin necesidad de tratamiento y el paciente puede permanecer asintomático durante muchos años, hasta que la enfermedad se reactiva y entra en una fase crónica con síntomas más severos:
- Estreñimiento y otros trastornos digestivos.
- Desnutrición.
- Dolor abdominal.
- Dificultades para tragar.
- Hepatomegalia y esplenomegalia (engrosamiento del hígado y el bazo).
- Insuficiencia cardiaca.
- Palpitaciones y alteraciones del ritmo cardiaco que pueden causar un fallo cardiaco.
Aproximadamente, el 30% de las personas infectadas que no reciben tratamiento en la fase aguda de la enfermedad de Chagas desarrollarán la fase crónica, aunque pueden pasar hasta 20 años desde el momento en que se produjo la picadura antes de que se presenten los primeros problemas digestivos y cardiacos. Una vez que se ha llegado a una situación clínica de insuficiencia cardiaca, el paciente fallece al cabo de unos pocos años. Las alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias y taquicardias) pueden producir la muerte súbita.
Tratamiento de la enfermedad de Chagas
La detección precoz es uno de los mayores retos que plantea la enfermedad de Chagas, dada la importancia de que la persona infectada sea tratada durante la fase aguda de la enfermedad. La práctica rutinaria de pruebas serológicas (hemocultivos, test ELISA, etc.) en poblaciones de riesgo puede ser un factor determinante en este sentido. Más aún si se tiene en cuenta que la infección se puede transmitir de madrea a hijo durante el embarazo (transmisión vertical).
El tratamiento de la enfermedad de Chagas, tanto en la fase aguda como en la crónica se realiza con dos fármacos antiparasitarios: benznidazol y nifurtimox. Sin embargo, estos medicamentos tienen importantes efectos adversos (vértigos, dolores de cabeza, insomnio, erupciones cutáneas, neuropatías, trastornos neurológicos, etc.) que en el caso de las personas mayores pueden complicar su situación clínica. De hecho, aunque se recomienda el tratamiento tanto en niños como en adultos, en este último caso el médico y el propio paciente deben valorar conjuntamente la conveniencia o no seguir el tratamiento en la fase crónica.