Es habitual durante la infancia que el niño no coma y además se lo haga pasar mal a los padres.
En primer lugar se recomienda acudir al pediatra para que descarte que no haya ninguna alteración del crecimiento y que considere que tiene una buena ganancia de peso, dentro de percentiles adecuados para su edad y que no hay ningún problema de salud subyacente. Si esto es así, y el niño está en límites normales (aunque sean percentiles bajos), estamos hablando de un problema conductual a la hora de aprender a comer solo.
Para poder superar esto, veamos una serie de consejos que seguramente serán de ayuda:
1) Es posible enseñar a comer bien.
2) Hay que educar, no engañar. Los trucos de los padres para que los niños abran la boca son contraproducentes. No vale probar un truco tras otro, hay que seguir un método.
3) No hay que obsesionarse con el tema ni transmitir la angustia al niño.
4) La conducta que desarrollan los niños no es buena o mala, sino adecuada o inadecuada según las circunstancias.
5) Todas las conductas son modificables y para ello los padres deberán utilizar nuevos estímulos para reforzar o modificar su comportamiento.
6) Ante una conducta adecuada se debe reforzar positivamente. Para que un niño coma bien primero hay que motivarlo. Las palabras de ánimo, de elogio, las felicitaciones siempre nos darán mejor resultado que las malas caras o las regañinas. En cuanto al premio: sea un aporte extra de afectividad o algo material, las recompensas pueden ser un aliciente si no se abusa de ellas. Es el padre el que decide el premio, no el niño el que lo impone.
7) Ante una conducta inadecuada se puede no hacerle caso para que desaparezca o usar un incentivo para modificarla. No se recomiendan los castigos en los niños más
pequeños; en vez de amenazarles se puede negar algo que le gustaría. Alcanzaremos nuestro objetivo con paciencia y mucho afecto.
8) Acostumbrar al niño a comer de manera rutinaria (en su silla, su mesa, con su babero, con sus platos, cubiertos, etc.). La televisión apagada y no rodeado de múltiple juguetes. Se puede adornar la mesa con su mantel de dibujos y su vajilla especial de muñecos. Estaremos con él hablando y dejando que se comunique. Antes de empezar, refuerzo positivo. No preocuparse por la limpieza los primeros días (si escupe o mancha todo; simplemente se limpia posteriormente). Refuerzo positivo cuando empiece a comer solo, aunque sea muy poca cantidad. Comunicación positiva, contacto físico, caricias, sonrisas. Si no quiere comer nada, dejarle un tiempo y le quitarle el plato y que vuelva a sus quehaceres, sin enfadarse ni provocar grandes riñas (es difícil mantener la calma en estos momentos pero hay que conseguirlo). Pasados 3-4 minutos volverlo a intentar.