En lo que respecta al tratamiento farmacológico también es preferible consultar con el médico para que éste le aconseje sobre las diferentes opciones disponibles y que le ayude a elegir la más adecuada para dejar de fumar. Los tratamientos entre los que se puede elegir son variados, aunque se concentran básicamente en dos grupos:
Terapia sustitutiva con nicotina (TSN): Se trata de sustituir la nicotina del cigarrillo por la que aportan chicles, parches, pastillas e inhaladores nasales, con el fin de minimizar los efectos del síndrome de abstinencia y reducir paulatinamente la dosis hasta la finalización del tratamiento.
- Chicles: liberan la nicotina al masticarlos, lo que debe hacerse de manera pausada para evitar que ésta sea absorbida por la mucosa y se reduzca el efecto terapéutico. Hay distintas presentaciones. La dosis inicial debe establecerla el médico y el tratamiento puede durar entre 8 y 12 semanas. Su principal ventaja es que puede utilizarse de forma puntual cuando se sienten los síntomas del síndrome de abstinencia. Pero también tiene inconvenientes: si se asocia a otras sustancias, como el café, puede ver reducida su eficacia y durante los primeros 15 días pueden aparecer náuseas, diarrea, dolor de boca y úlceras, aunque luego desaparecen.
- Parches: liberan la nicotina a través de la piel y de forma continuada. Hay dos tipos de parches: de 24 horas y 16 horas (se utilizan sólo mientras se está despierto). Los parches tienen tres dosificaciones diferentes. Se suele empezar por la dosis más alta y se reduce periódicamente hasta la finalización del tratamiento. La duración de éste es de 8 a 12 semanas. Su principal ventaja es la facilidad para el cumplimiento terapéutico y apenas tiene efectos adversos.
- Pastillas de nicotina: se administran por vía oral actúan de forma similar a los chicles. El tratamiento dura 12 semanas. Su principal inconveniente es que hay que estar pendiente del reloj, ya que implica la toma de una o dos pastillas cada dos horas. Sin embargo apenas tiene efectos adversos.
- Spray nasal de nicotina: permite inhalar la nicotina a través de la nariz, por lo que ésta se asimila de forma muy rápida. No se recomienda utilizarlo más allá de las 12 semanas y debe hacerse de una manera muy controlada ya que puede provocar problemas de salud e incluso sobredosis de nicotina.
Tratamientos farmacológicos sin nicotina: Existen dos fármacos que no contienen nicotina y que se utilizan para dejar de fumar bajo prescripción médica.
- Bupropión: es un medicamento inicialmente indicado para el tratamiento de la depresión, aunque ha demostrado su capacidad para reducir la intensidad de los síntomas del síndrome de abstinencia a la nicotina. La duración del tratamiento es de 7 a 9 semanas. Aunque resulta especialmente eficaz en fumadores con antecedentes de depresión y alcoholismo, tiene diferentes contraindicaciones y puede interaccionar con otros medicamentos. Además puede producir, aunque leves, algunos efectos adversos: insomnio, cefaleas, crisis de ansiedad o náuseas.
- Vareniclina: es el único medicamento que no contiene nicotina desarrollado específicamente para el tratamiento de deshabituación del tabaco. Su mecanismo de acción hace que, además de eliminar la ansiedad, se reduzca la satisfacción asociada al acto de fumar en caso de que el paciente sufra una recaída y vuelva a fumar. El tratamiento dura 12 semanas. En lo que se refiere a los efectos adversos, existe una importante controversia médica sobre el tema, ya que algunos estudios evidencian que puede verse aumentado el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular o de presentar trastornos graves del comportamiento, tales como psicosis, alucinaciones o ideas suicidas. Es por ello que este medicamento debe utilizarse bajo la estricta vigilancia del médico.