Hoy quiero hablar de la Residencia La Seu de Valencia. Mi madre ha estado viviendo allí algo mas de tres años hasta que ha fallecido. Siempre hemos estado contentas con la decisión que tomamos cuando la internamos en esta residencia, está muy céntrica y por tanto muy bien comunicada lo que nos permitía visitarla a diario en un principio para que no se sitiera que la abandonábamos, tiene un jardín interior que es una delicia, con flores, arboles y pajaritos y gracias a las mesas, sillas y sombrillas es un lugar súper agradable para disfrutar con tu familiar al aire libre, las habitaciones son espaciosas, cómodas y muy luminosas. También la comida está muy bien, por su
calidad, composición nutricional personalizada a las necesidades de cada residente y su cuidada presentación. Pero todo lo dicho anteriormente carece de importancia en comparación con lo que voy a comentar a continuación. Lo verdaderamente destacable es el trato que de dan a los residentes, el cariño, la amabilidad y la paciencia que demuestran las chicas que se encargan de ellos, el esmero con que los cuidan, son muy profesionales y demuestran una gran vocación, porque es un trabajo muy duro para el que no sirve cualquiera.
Mi madre tenia una gran dependencia, había que hacérselo todo, y teníais que ver con cuanto cariño la trataban. Quiero también destacar el equipo médico y de enfermería, a nosotras sus hijas (que dos somos médicos y una psicóloga) nos daba mucha
tranquilidad saber que estaban allí pendientes de ella. Son unos grandes profesionales que sacaron adelante a mi madre en varias ocasiones que estuvo a punto de morir y gracias a su rápida y profesional intervención la salvaron. Muchísimas gracias a la fantástica Dra Piedad, muchísimas gracias a las enfermeras Ana, Cristal, Marta, Ana Michelle, Aranxtxa e Idalmis, sois todas, las 7, estupendas, cariñosas, humanas, cercanas
y con gran formación, gracias, gracias, gracias y mil veces gracias.
Quiero también destacar la gran labor y empatía de Sara, la directora. Durante la estancia de mi madre me facilitó algunas cuestiones que hicieron que me fuera mas sencillo visitar a mi madre con frecuencia, pero sobre todo quiero resaltar como se portó con nosotros, su familia, en los últimos días de vida de mi madre. Nos dejó una habitación para mi madre y nosotros durante los 5 últimos días de ella, para que viviéramos el proceso con total intimidad, como si estuviéramos en nuestra propia casa. Éramos 8 familiares los que vivimos allí por turnos y durante todo ese tiempo nos cuidaron, acompañaron, consolaron, mimaron y
alimentaron. Muchísimas gracias a Mercedes, la supervisora, que estuvo pendiente de nosotros constantemente y se encargó de que nos trajeran de todo, y muchísimas gracias a todo el personal por el cariño, comprensión y acompañamiento que nos brindaron en unos momentos tan duros para nosotros. Nunca podré agradecer lo bastante el trato recibido, la gran calidad
humana de todos los que allí trabajan. Quiero mencionar a Rebeca que nos despidió con abrazos largos y sentidos a mi hermana y a mí cuando nos marchábamos, haciéndonos sentir bien en ese difícil trance. En fin, me quedo corta a pesar de mis largas reseñas, y no he nombrado a muchas otras personas que también cuidaron de mi madre, gracias de corazón a todos!!!.
La familia de Mª Eugenia Miquel