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Grado 1: dependencia moderada
La persona entra en este grado de dependencia cuando comienza a necesitar ayuda para ejecutar las actividades cotidianas del día a día. En este grado, la ayuda requerida no es constante, pero sí es necesaria al menos una vez al día o necesita apoyo intermitente para ejercitar su autonomía personal.
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Grado 2: dependencia severa
En este momento la persona necesita más ayuda en sus actividades básicas del día a día, pidiéndola dos o tres veces al día. Como es normal en estos casos, la persona se muestra reacia a recibir apoyo externo permanente ni, al menos, un apoyo algo más habitual que le apoye y que trabaje para fomentar su autonomía personal.
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Grado 3: gran dependencia
En este caso, la persona ya necesita un apoyo constante e indispensable para la realización de sus actividades diarias, puesto que sufre ya una pérdida total de su autonomía, ya sea esta física, mental, intelectual o sensorial. También se consideran personas con gran dependencia a aquellas que necesitan un apoyo generalizado, casi constante, para realizar las actividades cotidianas varias veces al día.
En los centros de Sanitas Mayores nos especializamos en el cuidado de las personas con dependencia, y desarrollamos programas que refuerzan las capacidades que todavía conservan, además de fomentar la autonomía para que puedan mantenerla lo máximo posible, aumentando la confianza y la autoestima de los mayores.