La salud bucodental es esencial en todas las etapas de la vida, pero cobra especial importancia en la vejez. El cuidado dental en adultos mayores no solo permite conservar piezas dentales, sino que mejora la calidad de vida, favorece una buena nutrición y previene infecciones. Con el paso del tiempo, los dientes de los ancianos pueden sufrir desgaste, movilidad o sensibilidad. Por eso, seguir una rutina de higiene adaptada, visitar al dentista con regularidad y atender a los primeros signos de alerta son medidas clave.
Cómo cambian los dientes en la vejez
El envejecimiento afecta a todo el cuerpo, y la cavidad bucal no es una excepción. Aunque muchas personas llegan a la tercera edad con dientes naturales, estos suelen presentar signos de desgaste, sensibilidad o retracción gingival.
Dientes desgastados, encías retraídas y otros signos comunes
Con los años, es habitual que el esmalte se desgaste, especialmente si ha habido bruxismo (rechinar de dientes) o una higiene oral deficiente. Esto hace que los dientes se vean más cortos, sensibles o incluso fracturados.
Las encías cambian: tienden a retraerse, dejando al descubierto la raíz dental. Esta zona no tiene esmalte, por lo que es más vulnerable a las caries radiculares. Además, la retracción puede provocar movilidad dental y favorecer la acumulación de placa.
El color de los dientes también varía, volviéndose más amarillento o grisáceo, algo completamente normal con la edad.
¿Qué son los “dientes de viejitos”?
La expresión dientes de viejitos se refiere coloquialmente a un conjunto de signos asociados al envejecimiento bucodental: pérdida de brillo, desgaste, movilidad, espacios entre piezas y encías retraídas. Aunque es una imagen típica, no tiene por qué ser inevitable. Con los cuidados de los dientes adecuados, es posible mantener una boca funcional, sana y estéticamente cuidada durante muchos años.
Principales problemas dentales en personas mayores
En la tercera edad, algunos problemas bucodentales se presentan con mayor frecuencia debido a factores como la disminución de la saliva, la toma de medicamentos o la pérdida de destreza manual. Detectarlos a tiempo permite actuar antes de que se agraven.
Caries radicular, enfermedad periodontal y pérdida dental
Las caries radiculares afectan a la raíz del diente y son muy frecuentes en mayores con encías retraídas. A menudo pasan desapercibidas hasta que provocan dolor o infección. Son más difíciles de tratar y pueden requerir empastes especiales o tratamientos más conservadores.
La enfermedad periodontal (inflamación y sangrado de encías, pérdida de soporte óseo) es otra causa frecuente de pérdida dental en adultos mayores. Sin un tratamiento adecuado, puede hacer que los dientes se aflojen y terminen cayéndose..
Boca seca y su impacto en la salud bucal
La xerostomía, o sensación de boca seca, se debe en muchos casos al uso de medicamentos para la presión arterial, la depresión o enfermedades crónicas. La falta de saliva no solo causa molestias, sino que reduce la protección natural contra bacterias, favoreciendo la aparición de caries, infecciones fúngicas y mal aliento.
Beber agua frecuentemente, usar enjuagues específicos y evitar el alcohol o el tabaco puede aliviar esta molestia.
Cuidados diarios para mantener dientes sanos
Una buena rutina de higiene oral es la base del cuidado dental en adultos mayores. Adaptarla a las necesidades y capacidades de cada persona permite mantener la boca en buen estado durante más tiempo.
Cepillado, uso de hilo dental y enjuagues específicos
El cepillado debe realizarse al menos dos veces al día, con un cepillo de filamentos suaves y pasta con flúor. En personas con sensibilidad o retracción gingival, conviene usar pastas específicas que refuercen el esmalte y alivien la incomodidad.
El uso del hilo dental sigue siendo importante, aunque si hay limitaciones de movilidad, pueden utilizarse cepillos interdentales o irrigadores. Los enjuagues sin alcohol, formulados para personas mayores, ayudan a controlar la placa y refrescar el aliento sin causar irritación.
Técnicas adaptadas a personas con movilidad reducida
En casos de artritis, temblores o debilidad muscular, pueden emplearse cepillos eléctricos con mango grueso, extensiones de mango o incluso dispositivos de apoyo. En nuestras residencias de Sanitas, el equipo auxiliar o de enfermería puede ayudar a realizar una higiene adecuada cuando la persona no puede hacerlo por sí misma.
También es útil colocar un espejo frente al lavabo, sentarse durante la higiene o dividir el cepillado en dos fases si la persona se cansa fácilmente.
Visitas al dentista en la tercera edad
Mantener un control periódico con el odontólogo es igual o más relevante en esta etapa. Las revisiones permiten detectar a tiempo pequeños problemas antes de que se conviertan en situaciones más complejas.
Frecuencia recomendada y chequeos preventivos
Se recomienda visitar al dentista al menos una vez al año, o cada seis meses si ya se usan prótesis o se tienen antecedentes de enfermedad periodontal. En estos chequeos se revisa el estado de los dientes de los ancianos, las encías, las prótesis, se limpian las piezas y se actualiza el plan de cuidados.
Además, se puede detectar la presencia de lesiones precancerosas, úlceras o efectos secundarios de medicamentos que afectan la mucosa oral.
Prótesis, implantes y limpiezas profesionales
Las prótesis dentales, ya sean removibles o fijas, deben revisarse con frecuencia para comprobar su ajuste, evitar rozaduras y prevenir infecciones. Asimismo, es importante limpiar bien las prótesis fuera de la boca con productos específicos.
En caso de pérdida dental, los implantes dentales siguen siendo una opción válida para personas mayores, siempre que tengan buen estado general y óseo. No existe una edad límite para reponer piezas con implantes si el tratamiento está bien planificado.
Las limpiezas profesionales (profilaxis) ayudan a eliminar la placa y el sarro que no puede retirarse en casa. Realizadas por higienistas o dentistas, estas sesiones complementan el cuidado diario y evitan complicaciones a largo plazo.
El cuidado dental en adultos mayores no debe dejarse en segundo plano. Una boca sana favorece la alimentación, la comunicación y el bienestar general. En Sanitas incorporamos la salud bucodental en nuestros planes integrales de cuidados, trabajando junto a odontólogos y cuidadores para garantizar la mejor atención posible.