Encontrar un bulto en la axila puede generar alarma, especialmente cuando aparece de forma repentina, provoca dolor o cambia de tamaño con rapidez. En muchos casos, se trata de un forúnculo, aunque hay otros diagnósticos posibles como el absceso axilar, la hidradenitis supurativa (“golondrino”) o incluso adenopatías. Saber identificar correctamente el tipo de lesión es clave para actuar a tiempo, aliviar las molestias y evitar complicaciones.
¿Qué es un golondrino y un forúnculo?
Aunque muchas veces se utilizan como sinónimos, el forúnculo y el golondrino no son lo mismo.
- Forúnculo: infección profunda de un folículo piloso, causada habitualmente por Staphylococcus aureus. Se presenta como una protuberancia roja, caliente, dolorosa y a menudo con pus.
- Golondrino: término coloquial usado en España para referirse a la hidradenitis supurativa, una enfermedad crónica que provoca nódulos inflamados y recurrentes en zonas con glándulas sudoríparas (axilas, ingles, pliegues mamarios). A diferencia del forúnculo, no es un proceso aislado, sino persistente y de evolución crónica.
- Divieso: término antiguo que también se utilizaba para describir forúnculos o abscesos cutáneos.
¿Es lo mismo un forúnculo en la axila que un absceso?
No. Un absceso en la axila es una acumulación de pus dentro de una cavidad creada por una infección. Puede comenzar como un grano en la axila o un pequeño bulto que con el tiempo se inflama y crece. El absceso puede deberse a un forúnculo mal tratado o a una infección más profunda.
Por tanto, aunque están relacionados, no todos los forúnculos se convierten en abscesos, y no todos los abscesos son forúnculos. En ambos casos puede aparecer dolor, calor local y limitación de movimientos. Cuando hay fiebre o inflamación extensa, siempre se requiere valoración médica.
Síntomas comunes de golondrinos y forúnculos
Saber reconocer los síntomas de un forúnculo o absceso en la axila es esencial para actuar a tiempo y evitar complicaciones como la propagación de la infección o la necesidad de una intervención quirúrgica.
Signos iniciales y evolución
- Inicio: bulto rojo y doloroso, a veces confundido con un grano o picadura.
- Evolución: se endurece, crece, puede llenarse de pus y doler al mover el brazo.
- Hidradenitis (golondrino): los nódulos son recurrentes, dejan cicatrices y, en fases avanzadas, pueden formar túneles bajo la piel (fístulas).
Si aparece fiebre, el bulto aumenta de tamaño o no mejora en una semana, es fundamental consultar con un médico.
Causas de los bultos y forúnculos en la axila
Los forúnculos en la axila y los abscesos axilares pueden aparecer por distintas razones, aunque en la mayoría de los casos se originan por infecciones bacterianas o inflamaciones del folículo piloso.
Factores que contribuyen al desarrollo de forúnculos en la axila
- Sudoración excesiva (hiperhidrosis).
- Depilación frecuente o rasurado agresivo.
- Fricción con la ropa.
- Uso de desodorantes irritantes.
- Inmunodepresión, diabetes u obesidad.
- Antecedentes familiares de hidradenitis supurativa.
También influyen factores como el estrés, desequilibrios hormonales o dieta poco saludable, que pueden favorecer inflamación cutánea.
Tratamientos efectivos para golondrinos y forúnculos
El tratamiento dependerá del tamaño del bulto, su evolución, el dolor que cause y si hay fiebre u otros síntomas asociados. En todos los casos, lo más importante es no intentar explotar ni apretar el bulto, ya que eso puede empeorar la infección.
Opciones en casa
- Compresas calientes y húmedas varias veces al día.
- Mantener la zona limpia y seca.
- Evitar apretar, rascar o intentar drenar en casa.
Cuándo acudir al médico
- Si el bulto crece rápido, causa dolor intenso, fiebre o no mejora en pocos días.
- Si es recurrente (golondrinos).
- Si aparecen múltiples forúnculos (forunculosis).
Tratamientos médicos
- Incisión y drenaje quirúrgico en abscesos grandes.
- Antibióticos tópicos u orales si hay infección extensa o fiebre.
- En hidradenitis supurativa: tratamientos específicos que pueden incluir antibióticos prolongados, retinoides, inmunosupresores o incluso cirugía.
Prevención de diviesos y golondrinos en la axila
Aunque no siempre es posible prevenir la aparición de un divieso en la axila o un golondrino, adoptar ciertos hábitos saludables puede reducir mucho el riesgo.
Hábitos recomendados
- Higiene diaria con jabones suaves.
- Evitar ropa ajustada y favorecer tejidos transpirables.
- Usar desodorantes sin alcohol ni irritantes.
- Depilación menos agresiva (láser puede ser opción en casos recurrentes).
- Control del peso, dieta equilibrada y reducción del estrés.
En pacientes con recurrencias, el dermatólogo puede recomendar profilaxis antibiótica, tratamientos específicos o descartar enfermedades de base.
Un bulto en la axila puede deberse a un forúnculo simple, un absceso o una hidradenitis supurativa. Aunque muchas veces es benigno, siempre debe valorarse la evolución y los síntomas asociados. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.