Ante la aparición de un bulto en la axila es muy importante saber diferenciar si se trata de la inflamación de un ganglio o de la aparición de un quiste sebáceo o de un forúnculo. Y lo es porque en el caso de que se trate de una inflamación ganglionar habrá que establecer un diagnóstico diferencial, en el sentido de si está causada por una infección o por la existencia de un tumor en una zona próxima, lo que ya explica la gravedad del problema.
Un quiste sebáceo en la axila, sin embargo, no reviste ningún peligro ni riesgo para la salud. En realidad se debe a la inflamación de un folículo piloso o de un traumatismo cutáneo, tras lo que se forma una bolsa que contiene sebo, una sustancia viscosa y grasa formada básicamente por queratina, que es una proteína muy presente en la parte superficial de la piel, el pelo y las uñas.
Su tamaño puede ser muy variable, no produce dolor y se mueve bajo la piel cuando se presiona sobre él. Es muy diferente a un lipoma, que tiene una consistencia más firme y elástica y se mantiene fijo en el mismo sitio cuando se presiona con los dedos. Además el quiste sebáceo puede aumentar de tamaño y llegar a infectarse, de tal modo que se enrojece la piel, se inflama y puede llegar a formarse un absceso, que comienza con la aparición de un punto blanco o amarillento que en un momento dado se rompe causando la exudación de una sustancia blanquecina, grasosa y de mal olor. En tal caso, el quiste puede llegar a ser doloroso.
Tratamiento de un quiste sebáceo
El tratamiento de un quiste sebáceo en la axila sea realiza como en cualquier otro lugar del cuerpo. Si es pequeño, la aplicación de compresas clientes puede facilitar la ruptura de la piel y la bolsa que lo forma y provocar la salida del sebo. Si el tamaño es mayor y no funciona la aplicación de calor, se puede drenar practicando una pequeña punción para que salga el líquido viscoso. Pero en ambos casos hay que asegurarse de que la bolsa que lo forma se vacía completamente y evitar así que se vuelva a formar.
Si se ha producido una infección y se forma un absceso, se suele tratar con antibióticos. Pero si a los tres días de iniciado el tratamiento no ha mejorado habrá que drenarlo practicando una pequeña incisión en la piel. Posteriormente, una vez que esté completamente seco, se procederá a extraer la bolsa que contenía el sebo de forma quirúrgica. Aún así, siempre cabe la posibilidad de que vuelva a regenerarse.