La retinopatía diabética es una complicación grave de la diabetes que afecta a los vasos sanguíneos que irrigan la retina y que ocasiona en está un daño grave al que acompaña una pérdida de visión, hasta el punto de que esta enfermedad constituye una de las principales causa de ceguera en los países desarrollados.
retinopatía diabética
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Hipertensión arterial mal controlada, puesto que afecta a los vasos saguíneos.
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Hipercolesterolemia: facilita la formación de exudados y depósitos de proteínas que se filtran a la retina.
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Origen étnico: los afroamericanos, latinos y estadounidenses presentan una mayor propensión a padecer esta enfermedad.
En lo que respecta a la diabetes, los dos factores que influyen de forma determinante en la aparición y desarrollo de la enfermedad es, por un lado, que no se controle adecuadamente y, por otro, que se lleve muchos años padeciendo diabetes, aunque sí esté controlada. De hecho, el 80% de los pacientes con diabetes tipo 1 y el 84% de aquellos con diabetes tipo 2 desarrollarán una retinopatía diabética de mayor o menor severidad.
Síntomas de la retinopatía diabética
Es frecuente que la retinopatía diabética no presente síntomas en sus fases iniciales, por lo que es muy importante que los diabéticos se sometan a una revisión oftalmológica rutinaria de forma periódica. Cuando se manifiestan, los síntomas pueden ser los siguientes:
- Visión borrosa y pérdida gradual de la visión.
- Visión con sombras o pérdida de zonas de visión.
- Moscas volantes.
- Dificultades para ver por la noche o en lugares poco iluminados.
Retinopatía diabética no proliferativa
Se denomina así a la etapa inicial de esta enfermedad ocular y durante la misma pueden producirse diferentes alteraciones en el ojo diferentes alteraciones en el ojo:
- Microaneurismas: son pequeñas protuberancias que se forman los vasos que llevan la sangre a la retina y que pueden ocasionar algún escape de líquido.
- Hemorragias retinianas.
- Inflamación de la mácula: el edema macular es la causa más frecuente de pérdida de visión en personas diabéticas.
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Isquemia macular: la mácula no recibe suficiente sangre a causa de que se cierran u obstruyen los vasos sanguíneos que la riegan, lo que hace que la visión se torne borrosa.
No obstante, en esta etapa de la retinopatía diabética no es frecuente que se produzcan alteraciones de la visión, salvo en los casos en que se produzca un edema o una isquemia maculares. En ocasiones tampoco es necesario iniciar un tratamiento, pero sí realizar un seguimiento continuo del paciente para actuar cuando sea necesario.
Retinopatía diabética proliferativa
Se llega a ella cuando la retinopatía diabética no proliferativa evoluciona y afecta a numerosos vasos sanguíneos, que se tapan y reducen significativamente el riesgo sanguíneo de la retina, por lo que ésta reacciona formando nuevos vasos (neovascularización) que no solucionan nada, ya que también se ven afectados por la enfermedad, y que en ocasiones producen cicatrices que pueden llegar a causar un desprendimiento de retina.
En este caso, se puede originar una pérdida importante de visión central y periférica, por diferentes causas, entre las que hay que citar hemorragias en el vítreo, desprendimiento de retina por tracción o glaucoma producido por la neovascularización. El momento en el que se producen los primeros síntomas de deterioro visual es necesario iniciar el tratamiento que, por lo general será quirúrgico, aunque también puede ser farmacológico.
