Las fracturas de la clavícula son más frecuentes de lo que cabe imaginar, pues suponen aproximadamente el 5% de todas las fracturas tratadas en los servicios de urgencias de los hospitales. Se suele producir por una caída en la que se apoya el brazo extendido en el suelo o por el impacto directo del hombro contra el suelo. La gran mayoría de las fracturas se asocian a accidentes de circulación sea con coches motos o bicicletas. Los puntos más débiles de la clavícula se sitúan en el tercio más cercano al cuello y el tercio más alejado.

Al producirse la fractura de clavícula, el músculo esternocleidomastoideo tira del fragmento medial (el más próximo a él) del hueso elevándolo, mientras que el trapecio no es capaz de sostener el otro fragmento, de modo que el hombro desciende debido al peso del brazo.
Tratamiento de la fractura de clavícula
El tratamiento de una fractura de clavícula en la que no se ha producido el desplazamiento del hueso se realiza mediante la inmovilización con una férula del hombro y el brazo, lo que permite reducir el edema que se produce con el traumatismo y el dolor asociado a la fractura. Sin embargo, si se ha producido el desplazamiento del hueso o la fractura es abierta será necesaria una intervención quirúrgica para repararla.