He estado dos meses y medio en la Residencia Loramendi para recuperarme de una rotura de cadera. Mi experiencia ha sido excelente. El equipo sanitario (médicos, enfermeros, fisioterapeutas, auxiliares) perfecto. El trato muy amable y profesional. La aparatologia (grúas, gimnasio) equipado con los últimos adelantos y la comida preparada con esmero y gusto. En este tiempo me he visto rodeada de cariño y serenidad.