Tenemos una opinión generalizada de la residencias para mayores que conocemos mayormente por los medios de comunicación y suele ser nefasta.
Ahora, por necesidad, he llevado a mi madre de 92 años para recuperarse de una operación de prótesis de cadera. Ha estado aquí 2 meses.
En un principio nos atendió María, la directora (atenta y clara desde el principio) nos enseñó todo: salas comunes, habitaciones y servicios (peluquería, lavandería, fisioterapia...).
El personal, que fue lo que más nos preocupaba, fue fenomenal durante toda la estancia (tanto con los demás dependientes como los que tenían necesidades especiales).
La comida era excelente. Yo fui varias veces y era casera (nada de catering), abundante y variada.
Tenían un control estricto de entrada y salida de pacientes y de dónde iban.
La limpieza, total (aunque tienen el jardín algo descuidado, una pena)
Te atendían y revisaban la medicación, controles médicos o de enfermería.
Mi madre se recuperó durante su estancia.
Esta residencia es de las de que, afortunadamente, funcionan con acierto con nuestros mayores.
Gracias y un saludo,
Carmen.