Alba, tan solo quiero expresarte en nombre de mi madre y mío –y me gustaría que lo hagas extensivo a todo el personal- mi más profundo agradecimiento por la amabilidad, cariño y profesionalidad con la que habéis tratado en todo este tiempo a Carmen y a sus familiares. En todo momento se ha sentido arropada y querida, aprovechándose de vuestra generosidad y paciencia en muchas ocasiones. La verdad es que yo “he descansado” sabiendo que estaba con vosotros en los Apartamentos Tutelados. También quiero que sepas que me he sentido muy agradecido por el buen criterio “médico” de las cuidadoras, auxiliares y responsables de enfermería (además del médico, claro) que han tomado decisiones muy convenientes en momentos delicados de salud que, de no haber sido resolutivos, podrían haber tenido consecuencias graves.
Por tanto, mil gracias a todos, cocineras, limpiadoras de planta, camareras, auxiliares, peluquera, qué decir de las Andreas, Teresa, Diana, Mayda…perdonar que no me salen más nombres ahora mismo, a Juan (que ha hecho lo imposible para recuperar la movilidad), Antonio…Elvira, Aynara, Suzette…a Ana (la hemos vuelto loca con las curas de la maldita piel) y Oscar…dejo al final a Mitzi y MariCarmen, que por ser las primeras que nos recibieron han sufrido especialmente la pesadez de quien escribe. Habéis sido tod@s parte de la familia amplia que mi madre no ha tenido.
Un abrazo
Fernando