La gerontogimnasia es una disciplina de ejercicio físico adaptado que mejora la salud y la calidad de vida de las personas mayores. Gracias a rutinas diseñadas especialmente para sus capacidades, ayuda a mantener la autonomía, prevenir caídas y fomentar el bienestar físico y emocional. En este artículo te contamos en qué consiste, sus beneficios y algunos ejercicios comunes como la gerontogimnasia con aros o con pelotas.
¿Qué es la gerontogimnasia?
La gerontogimnasia es mucho más que una forma de hacer ejercicio: es una herramienta para ganar bienestar, autonomía y alegría de vivir en la tercera edad. En Sanitas Mayores, nuestros centros integran estas actividades como parte de un plan de cuidados centrado en la persona, con profesionales especializados y espacios adecuados para su práctica segura y motivadora.
Definición y objetivos principales
La gerontogimnasia es un tipo de ejercicio físico dirigido específicamente a personas mayores, con el objetivo de mantener y mejorar su funcionalidad física, prevenir la dependencia y retrasar el deterioro propio del envejecimiento. Se enfoca en actividades suaves, controladas y adaptadas, que pueden incluir ejercicios de movilidad, coordinación, equilibrio y fuerza.
Además de su dimensión física, la gerontogimnasia también promueve el bienestar psicológico y social, ya que muchas veces se realiza en grupo, lo que favorece la socialización y la autoestima.
Diferencias con otras formas de ejercicio para mayores
A diferencia de otras actividades físicas genéricas, la gerontogimnasia está supervisada por profesionales especializados en geriatría o fisioterapia. Se adapta a las limitaciones funcionales del adulto mayor, evitando movimientos que puedan provocar lesiones. No busca rendimiento, sino salud: su enfoque es terapéutico, preventivo y personalizado.
Beneficios de la gerontogimnasia en adultos mayores
La práctica regular de gerontogimnasia puede traducirse en múltiples mejoras, tanto físicas como emocionales.
Mejora la movilidad y flexibilidad
Ejercicios específicos ayudan a conservar la amplitud de movimiento de las articulaciones, facilitando tareas cotidianas como vestirse o caminar. Aumentar la flexibilidad disminuye la rigidez y reduce la posibilidad de contracturas.
Refuerza el equilibrio y previene caídas
Las caídas son una de las principales causas de lesiones en mayores. Con la gerontogimnasia se entrenan reflejos posturales y estabilidad, lo que disminuye considerablemente el riesgo de accidentes.
Fortalece la musculatura y la coordinación
Los ejercicios de fuerza adaptada contribuyen a prevenir la sarcopenia (pérdida de masa muscular asociada a la edad) y favorecen una mejor coordinación motora. Esto permite a la persona mantener una marcha segura y autonomía en sus movimientos.
Estimula la memoria y el bienestar emocional
Al combinar movimiento y atención (por ejemplo, seguir secuencias o realizar ejercicios con ritmo), la gerontogimnasia también estimula funciones cognitivas como la memoria o la concentración, mejorando el estado de ánimo y reduciendo el riesgo de aislamiento social.
Ejercicios comunes en gerontogimnasia
La variedad de ejercicios permite adaptar la rutina a diferentes niveles de movilidad y objetivos terapéuticos.
Gerontogimnasia con aros
Los aros de plástico permiten trabajar coordinación, movilidad de brazos y cintura, y equilibrio. Se pueden lanzar suavemente, pasar de un lado a otro, o colocar en el suelo para ejercicios de paso.
Gerontogimnasia con pelotas
Las pelotas blandas o de goma espuma son muy versátiles. Se usan para mejorar la fuerza en manos y brazos, estimular la coordinación ojo-mano o incluso como apoyo lumbar al hacer ejercicios sentados.
Ejercicios de bajo impacto para hacer en grupo
Las rutinas grupales, como coreografías sencillas, juegos de imitación o circuitos de equilibrio, fomentan la motivación y la interacción social mientras se trabaja la movilidad.
Ejercicios sentados o con apoyo
Para personas con movilidad reducida, existen ejercicios que se realizan sentados o con una silla de apoyo. Incluyen movimientos de brazos, piernas, cuello y tobillos, sin necesidad de estar de pie.
¿Quién puede practicar gerontogimnasia?
La gerontogimnasia está pensada para ser accesible, segura y beneficiosa para la mayoría de las personas mayores. No es necesario tener una gran forma física ni experiencia previa. Lo más importante es que cada persona reciba una propuesta de ejercicios adaptada a sus capacidades y necesidades individuales.
Requisitos y precauciones
Cualquier persona mayor puede practicar gerontogimnasia, siempre que se realice una evaluación previa por parte de un profesional. Esta revisión determina si existe alguna condición médica que requiera adaptar ciertos ejercicios.
Adaptación según la condición física
Las rutinas pueden ajustarse en intensidad, duración y frecuencia, en función del estado físico, posibles enfermedades crónicas y nivel de autonomía. No se necesita tener experiencia previa en actividad física.
¿Dónde se puede practicar gerontogimnasia?
Centros de día y residencias
En residencias de ancianos y centros especializados en estimulación física, los programas de gerontogimnasia forman parte habitual de la oferta de cuidados. Se imparten en sesiones grupales y bajo la supervisión de fisioterapeutas o entrenadores geriátricos.
Gerontogimnasia en casa con supervisión
También es posible realizar ejercicios en casa, siempre que haya una planificación personalizada y un seguimiento por parte de un profesional, al menos en las primeras sesiones. Para ello, se pueden usar vídeos guiados, materiales sencillos como aros o pelotas, y disponer de espacio seguro y ventilado.
Recomendaciones para iniciar un programa de gerontogimnasia
Comenzar con buen pie es clave para disfrutar de todos los beneficios que ofrece la gerontogimnasia. Para ello, es importante seguir unas pautas básicas que garanticen una práctica segura, adaptada y motivadora. Estas recomendaciones ayudan a establecer una rutina efectiva y sostenible en el tiempo.
Evaluación previa por un profesional de salud
Antes de comenzar, se recomienda una valoración médica y funcional. Esta exploración detectará posibles riesgos, puntos fuertes y objetivos prioritarios (como mejorar el equilibrio o la movilidad de una articulación).
Supervisión de un fisioterapeuta o entrenador geriátrico
Contar con la guía de un profesional asegura que los ejercicios sean seguros y efectivos. La supervisión también permite ajustar la rutina conforme avanza la persona en su capacidad física.
Constancia y progresión gradual
La clave está en la regularidad: al menos 2 o 3 sesiones por semana son ideales. Es importante no forzar, ir avanzando paso a paso y disfrutar del proceso, valorando cada logro.
Preguntas frecuentes sobre la gerontogimnasia
¿La gerontogimnasia es segura para personas con enfermedades crónicas?
Sí, siempre que esté supervisada y adaptada. De hecho, es especialmente beneficiosa para personas con enfermedades como artrosis, diabetes o hipertensión, ya que ayuda a mantenerlas controladas.
¿Cuántas veces por semana se recomienda practicar gerontogimnasia?
Lo ideal es realizarla de 2 a 5 veces por semana, según la capacidad de cada persona. La constancia es más importante que la duración de cada sesión.
¿Qué materiales se necesitan para hacer gerontogimnasia en casa?
Basta con aros, pelotas blandas, una silla con respaldo firme y una esterilla. También puede usarse música para marcar el ritmo o seguir ejercicios guiados por vídeo.
¿A qué edad se puede comenzar a practicar gerontogimnasia?
Se recomienda a partir de los 60 o 65 años, aunque puede iniciarse antes si existen factores de riesgo. No hay límite de edad siempre que se tenga un mínimo de movilidad y la rutina esté bien adaptada.
