En odontología, llamamos apiñamiento dental a todos los problemas de dientes amontonados o apiñados en la boca del paciente, debido a una falta de espacio en el hueso en que se insertan. El apiñamiento dental es especialmente frecuente en los seis dientes anteriores de la mandíbula, en cuyo caso hablamos de apiñamiento inferior.
Causas del apiñamiento dental
Los dientes mal colocados se presentan por varios factores genéticos y del desarrollo: las personas con apiñamiento suelen tener familiares que también lo padecen y a menudo han perdido sus dientes de leche un poco antes de lo normal. De este modo, los dientes definitivos no tienen espacio suficiente en el hueso para erupcionar del modo correcto y causa que salgan los dientes amontonados.
Los dientes apiñados pueden darse entre pacientes que no han llevado ortodoncia o aquellos que, después de haberla usado, no han seguido un tratamiento de mantenimiento con retenedores dentales, en cuyo caso los odontólogos hablan de apiñamiento de recidiva.

Tratamiento del apiñamiento dental
Hay distintos tipos de apiñamiento dental, que los odontólogos clasifican en grave, moderado o leve en función de la severidad de su caso de dientes mal colocados. En todos ellos, los dientes apiñados se corrigen mediante tratamientos de ortodoncia de cualquier tipo.
En el caso de los apiñamientos graves o severos, previamente puede ser necesaria alguna extracción dental o exodoncia, a fin de hacer espacio para colocar correctamente los demás dientes. Cuando esto ocurre, los odontólogos suelen elegir algún premolar o incisivo inferior.
Tanto en los casos de apiñamiento grave como en formas más leves del mismo problema, es estrictamente necesario que el paciente utilice un aparato de retención al finalizar su ortodoncia, si no quiere sufrir un caso de apiñamiento de recidiva del que ya hemos hablado.
Riesgos del apiñamiento dental
Además de los problemas de estética y los aspectos psicólogos que entrañan (menor autoestima y confianza en uno mismo) los apiñamientos dentales también presentan riesgos para la salud de dientes y encías.
Las personas con apiñamiento suelen tener más problemas de caries y enfermedades periodontales, ya que la higiene es más difícil y tiende a acumularse más placa y sarro que en unos dientes correctamente alineados. Además, el esmalte de una persona con los dientes apiñados no se desgasta de forma regular, lo que puede, a la larga, hacer aún menos armónica la sonrisa y causar problemas en su articulación temporo-mandibular.