Son cada vez más las personas mayores que deciden seguir un tratamiento de ortodoncia, sea por razones estrictamente estéticas o porque tienen serios problemas oclusivos que inciden cada vez de forma más negativa en su salud bucodental.
Es obvio que no es lo mismo una ortodoncia realizada en la infancia, la adolescencia o la juventud que en la edad adulta, más allá de los 50 años de edad. Ya no sólo es que los huesos hayan dejado de crecer hace mucho tiempo, sino que puede haber otros problemas asociados a los oclusivos, como la falta de piezas dentales, enfermedades periodontales o pérdida de hueso en los maxilares. Eso sin contar con la existencia de empastes, coronas, implantes, etc.
Todo ello puede dificultar la ortodoncia, especialmente porque los problemas a corregir han progresado desde hace demasiado tiempo y, por tanto, no son fáciles de corregir, aunque sí hay que advertir de que cuanto antes se tome esta decisión mejores serán los resultados.
No obstante la ortodoncia se puede hacer, aun cuando tiene sus contraindicaciones y en el caso de problemas complejos ya muy asentados es probable que sea necesaria la participación de diferentes especialistas, desde el propio ortodoncista a un cirujano maxilofacial, sin olvidar al periodoncista o el endodoncista. De hecho, se necesitan más estudios y una mejor planificación antes de iniciar este tipo de tratamiento.
En la mayoría de los casos se opta por la ortodoncia invisible
Lo primero es comprobar la salud de las encías y realizar el correspondiente tratamiento periodontal en caso necesario. También debe tenerse la seguridad de que no hay dientes que se mueven, revisar la integridad del hueso en el que se insertan los dientes, determinar la necesidad de que alguna pieza pueda necesitar una endodoncia, etc.
Eso sí, no importa que falte algún diente. Éste será sustituido después de finalizar el tratamiento ortodóncico y con más facilidad si cabe, ya que será más sencillo colocar el implante para que la prótesis quede perfectamente alineada con el resto de la dentadura. También hay que decir que si ya existen implantes, estos se pueden utilizar como puntos de anclaje para el aparato de ortodoncia. La restauración previa de piezas dentales con coronas tampoco suponen un obstáculo para llevar a cabo el tratamiento.
En cuanto al tipo de aparatos que se utilizan para la ortodoncia en los adultos, no hay diferencias con los usados en los niños o adolescentes. Lo que sí es cierto es que en la mayoría de los casos se opta por la ortodoncia invisible (ortodoncia lingual o la removible con alineadores) o por la estética, en la que los brackets son de porcelana, circonio o zafiro y que resultan menos perceptibles desde el exterior que los aparatos de metal. Ambas opciones satisfacen la preocupación por la imagen que tienen los adultos, especialmente si se tiene en cuenta que los tratamientos pueden durar más de dos años.