La férula Michigan es lo que en odontología se conoce como férula de descarga y que se utiliza para solucionar diversos problemas bucodentales:
- Bruxismo. Las férulas Michigan se utilizan por la noche para evitar que entren en contacto los dientes de ambas arcadas dentales, protegiendo así su integridad. Además, actúa también reduciendo la tensión muscular que origina el rechinar de dientes característico de esta patología.
- Maloclusión. Esta férula permite corregir la posición de la mandíbula cuando al cerrar la boca su posición no es la adecuada.
- Corrección de la mordida. Facilita rectificar las posiciones articulares inadecuadas que puedan producirse en la mordida.
Función de las férulas Michigan
Las férulas de descarga están consideradas como la mejor opción para corregir estas situaciones patológicas de las arcadas dentales que pueden resultar en lesiones dentales (desgaste del esmalte, filos mellados, caries, etc.) y la sobrecarga de los músculos.
La férula de Michigan es semirrígida y se fabrica con resina acrílica a la medida de cada paciente, previa elaboración de un molde, de tal manera que todas sus piezas dentales encajen perfectamente en la férula y mantengan la posición correcta.
Cómo actúa una férula Michigan
Normalmente, la férula Michigan se coloca solo en la arcada superior, cubriéndola total o parcialmente, pero siempre de modo que se evite que esas piezas dentales entren en contacto con las de la arcada inferior. Solo con ello, además de evitar el desgaste de los dientes que produce el rechinar o rozamiento de dientes propio del bruxismo, hace que se disperse la energía producida por la fuerza oclusal al apretar los dientes y, por tanto, induce la relajación de los músculos faciales y la tensión de la articulación temporomandibular. Ambos factores pueden llegar a producir dolor mandibular, de cabeza, de cuello y de cervicales.
A diferencia de otras férulas de descarga, la férula de Michigan es más rígida, por lo que ejerce un mejor efecto de amortiguación que aquellas otras que son más blandas. Esta condición hace también que sean más duraderas, llegando a tener una vida útil de hasta dos años, frente a los meses que duran otras, dependiendo de la fuerza del bruxismo.