El estrés y el dolor de dientes pueden estar estrechamente relacionados, no en vano el estrés está considerado como un factor de riesgo frente a diferentes patologías de la boca: bruxismo, enfermedades periodontales, trastornos de la articulación temporomandibular, caries, etc.
¿Por qué? Fundamentalmente por dos razones. La primera es que los dientes superiores entran en contacto con los inferiores con una frecuencia considerablemente mayor de lo habitual. La segunda es que lo hacen presionando los unos sobre los otros debido a la tensión que el estrés genera en los músculos de la cara y en especial sobre los que sujetan la articulación temporomandibular. Y ambos factores generan una intensa fricción entre los dientes, lo que genera un mayor desgaste de la dentina y por tanto aumentan las posibilidades de que se produzca alguna lesión de los mismos, además del bruxismo o rechinar de dientes nocturno.
El dolor dental es una clara manifestación de que el estrés ya ha producido algún daño. Únicamente una visita periódica al odontólogo –al menos cada seis meses– permitiría en la mayoría de los casos advertir los signos iniciales de los efectos del estrés en el conjunto de la estructura de la boca:
- Bruxismo. El bruxismo puede tener diferentes causas (alteraciones de la mordida, dientes torcidos, trastornos del sueño, etc.) y el estrés es una de ellas. Una excesiva tensión nerviosa, la irascibilidad o situaciones similares provocan un aumento de la presión de los dientes superiores contra los inferiores y la tensión de todos los músculos de la mandíbula e incluso de la frente. Los signos de bruxismo aparecen sin que se note: aplanamiento del borde de los dientes, desgaste del esmalte, pequeñas fisuras en la lengua, etc. En tales casos el uso de una férula dental durante la noche puede frenar la progresión del problema y evitar el dolor de dientes.
- Trastornos de la articulación temporomandibular. Las situaciones de estrés pueden generar un trastorno de la articulación temporomandibular y los músculos implicados en su movimiento o agravar los ya existentes. Si a parte de los signos propios del bruxismo se siente dolor en la articulación o se nota algún chasquido, habrá que consultar con el odontólogo.
- Enfermedad periodontal. Hay estudios que demuestran que el estrés favorecen la aparición de enfermedad periodontal o facilitan que la ya existente se agrave. El dolor de dientes puede estar asociado a una periodontitis, por lo que la inflamación, el sangrado y las molestias en las encías deben llevar a consultar con el odontólogo.
Es obvio que el mejor tratamiento preventivo para evitar el dolor de dientes asociado al estrés es combatir este último, ya sea practicando ejercicios de relajación, con terapia psicológica o cualquier otra técnica. En cualquier caso, lo que sí es importante es acudir a la consulta del odontólogo para que éste evalúe los problemas que el aumento de la tensión emocional haya podido causar en la salud bucodental y en función de los mismos realice el tratamiento más adecuado para cada problema que se presente: férula para el bruxismo, ortodoncia, etc. Por otra parte, mantener una buena higiene oral es incluso más importante que en situaciones libres de estrés.