deshidratación
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Enfermedad: las diarreas o los episodios de vómitos reiterados son el mejor ejemplo: no sólo hay que beber agua para recuperar lo que se ha perdido, sino que además es necesario reponer electrolitos mediante preparaciones específicas, como las que se venden en farmacias a tal fin.
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Práctica de ejercicio intenso: si la orina es clara y se produce en gran cantidad, es que la hidratación del organismo es la correcta. No obstante, el ejercicio acelera la pérdida de agua y es preferible iniciar la hidratación al día anterior al que se tiene previsto realizar un ejercicio intenso. Además, antes de emprenderlo es conveniente beber hasta 750 cc, de agua. Durante la realización del mismo habrá que continuar reponiendo líquidos y electrolitos (bebidas isotónicas) y también al final, aunque sin excesos, ya que de lo contrario se podría producir una intensa bajada de sodio (hiponatremia) que puede ser incluso mortal. Nunca hay que ingerir más líquido del que se pierde.
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Calor intenso: cuando el clima es caluroso, y más aún si es húmedo, se deben seguir adoptar unas medidas básicas. La sed es el mejor indicador de que se ha iniciado el proceso de deshidratación, por lo que la norma principal es no llegar a tener sed. Para ello debe ingerirse unos 2,5 litros diarios de agua y más si se practica ejercicio físico o el calor es excesivo. Conviene evitar, sin embargo, la ingestión de líquidos que como el café, el té, el alcohol, o los refrescos con cafeína, tienen efectos diuréticos. Lo mejor es llevar siempre una botella de agua encima y no esperar a que aparezca la sed para beber, incluso en el trabajo.
Población de riesgo
Los niños y las personas mayores son los más vulnerables a la deshidratación. También las mujeres embarazadas y los deportistas.
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Niños: se debe asegurar que beban suficiente agua a lo largo del día, o leche materna si trata de lactantes. No hay que permitir que permanezcan expuestos mucho tiempo al sol (¡ojo en la playa y la piscina!) y se les debe vestir con tejidos frescos y ropas holgadas que permitan la circulación del aire en su interior. También hay que proteger su cabeza con un sombrero que permita la ventilación de la cabeza. Hay que evitar que salgan a la calle en las horas de mayor temperatura o que permanezcan en lugares cerrados y sin ventilación (el coche, por ejemplo) demasiado tiempo. En casa es recomendable el uso de un ventilador.
- Personas mayores: en ellas el mecanismo de la sed se deteriora con la edad, por lo que cuando empiezan a sentirla la deshidratación ya está presente en mayor medida que el resto de la población. Por tanto, deben ingerir agua aun cuando no tengan sed y a pesar del miedo a la incontinencia urinaria o tener que ir el servicio cuando están en la calle. Además, para salir a la calle deben hacer en los momentos en que la temperatura es más baja o el sol no incide directamente sobre ellos. Deben caminar preferiblemente por la sombra y vestir adecuadamente, con ropa cómoda y fresca, protegiéndose la cabeza con un gorro o sombrero. Al menor síntoma de sed, mareo, fatiga o sensación de que se va la cabeza, deben sentarse a la sombra para descansar durante un rato y beber agua, por lo que deben llevar siempre una botella de agua a mano. También deben comer mucha fruta y verduras frescas, puesto que tienen un alto contenido de agua, y realizar al menos cinco comidas al día, sin excesos. Los zumos, mejor naturales que envasados. Finalmente, los familiares y acompañantes deben estar atentos a cualquier síntoma de deshidratación para obligarles a reponer líquidos.