La leucorrea patológica es un aumento excesivo del flujo vaginal como consecuencia de la existencia de una patología previa, generalmente una infección vaginal. En este caso, la secreción se caracteriza por no ser transparente y oler mal, si bien también puede producir otros síntomas, como picor y enrojecimiento vaginales. El color del flujo, sin embargo, puede variar en función de la causa y ser desde blanquecino a sanguinoliento cuando la causa es un cáncer de cérvix o de vagina.
leucorrea patológica
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La presencia de un cuerpo extraño en la vagina: en las mujeres adultas puede deberse, por ejemplo, a la presencia de un tampón olvidado o un dispositivo intrauterino y genera un flujo de olor muy desagradable, pudiendo causar sequedad de la mucosa vaginal e irritación de la misma con eventuales microulceraciones que producen el picor característico. Cuando esto ocurre lo más habitual es que el problema se resuelva al retirar el cuerpo extraño. Sin embargo, en algunos casos cabe la posibilidad de que origine un síndrome de shock séptico, con fiebre, dolores de cabeza, vómitos, diarrea, hipotensión, descamación de la piel de manos y pies, así como problemas renales cardiacos y del sistema nervioso central.
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Infecciones bacterianas: son numerosas las bacterias que pueden causar una leucorrea patológica, especialmente si se tiene una vida sexual muy activa con prácticas de riesgo, ya que el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual es mucho mayor
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Infecciones víricas: el Herpes virus o el papilomavirus son los agentes más destacables, por causar una sintomatología que puede ir más allá de la asignable a una leucorrea, ya que una infección de este tipo puede originar condilomas, úlceras vaginales e incluso cáncer de cuello de útero. Estas infecciones son generalmente de transmisión sexual.
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Vaginitis inflamatoria descamativa: no se conocen sus causas y no suelen responder al tratamiento.
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Vaginitis inespecíficas: la mayoría de las vaginitis tienen un origen infeccioso, pero en ocasiones no se llega a detectar el microorganismo que la causa, si bien pueden deberse también a reacciones alérgicas, la acción de alguna sustancia química o una excesiva actividad sexual.
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Mucorrea cervical: es una secreción vaginal epitelial que se produce ante la existencia de un trastorno propio de la etapa postmenopáusica que se conoce como ectropión.
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Cáncer: el cáncer de cuello de útero o de vagina pueden ocasionar una leucorrea patológica en la que el flujo adquiere un color sanguinoliento.
En cualquiera de los casos, lo más importante de cara al tratamiento es identificar la causa de la leucorrea patológica. Si el origen es infeccioso, habrá que identificar el agente patógeno para determinar qué tratamiento es el más adecuado.