La leucorrea es un trastorno que se da con gran frecuencia en la mujer y se caracteriza por flujos vaginales abundantes, generalmente en la fase previa a la menstruación (en tal caso la influencia de las hormonas femeninas puede hacerla más abundante). En ocasiones puede deberse a una infección o la existencia de un cuerpo extraño en la vagina, pero en muchas otras no obedece a ninguna causa patológica y, aunque no deja de ser molesta e incómoda, no conlleva ningún problema de salud.
En este último caso se denomina leucorrea fisiológica y se caracteriza porque el flujo es habitualmente de color blanquecino e incluso traslúcido y no tiene mal olor. Si la cantidad excretada es muy grande, puede causar una irritación en la vulva. Son muchas las mujeres que acuden a la consulta del ginecólogo por este problema.
El ginecólogo realiza una toma de una muestra con la que llevar a cabo un cultivo con el fin de descartar el origen bacteriano del problema. Y, aunque en ocasiones se producen falsos negativos en caso de infección, la repetición de la prueba con un resultado negativo, la ausencia de olor del flujo y de picor y enrojecimiento vaginal determinan finalmente que no tiene un origen patológico y que por tanto se trata de una leucorrea fisiológica.
Las causas no se conocen bien, aunque se baraja la hipótesis que puede deberse a los cambios hormonales propios de la mujer y que el estrés puede tener algo que ver en su aparición o, al menos, con el incremento de la cantidad de flujo cuando ya existe la leucorrea. Pero lo cierto es que puede producirse en las niñas recién nacidas, durante la pubertad, a lo largo del ciclo menstrual o en el embarazo, además del momento de la excitación sexual.