Las ojeras son esas manchas que aparecen en la parte inferior del párpado a consecuencia de:
- Poco descanso.
- Mala alimentación.
- Estrés.
- Predisposición genética.
Se trata de pequeñas venas que se hacen visibles bajo la piel y alrededor del ojo, donde la piel es más delgada que en el resto del cuerpo. Se pueden ocultar con maquillaje, pero es difícil eliminarlas, especialmente si el componente hereditario está presente.
El surco que la ojera causa bajo el ojo se puede corregir con un relleno de colágeno, pero eliminar el color es un verdadero reto. El láser decolora la ojera pero no la elimina totalmente. La cirugía, mediante una blefaroplastia, suele ser la última solución.
La blefaroplastia permite corregir las bolsas en los párpados inferiores y las ojeras en ambos párpados, mediante la extracción de la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados, reposicionando así el exceso de tejido y reforzando los músculos y tendones circundantes.

Este tipo de intervención quirúrgica para la eliminación de ojeras está especialmente recomendada en el caso de personas con ojeras o bolsas en párpados de origen hereditario. Hay un riesgo añadido cuando el paciente padece enfermedades oculares como:
- Glaucoma.
- Desprendimiento de retina.
- Ojo seco.
- Enfermedades de tiroides.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Diabetes.
- Hipertensión arterial.
- Alteraciones de la coagulación.
La blefaroplastia puede asociarse en el mismo acto quirúrgico a otras intervenciones estéticas de estiramiento facial o lifting. La recuperación es rápida y las complicaciones infrecuentes si ha sido realizada por un cirujano plástico cualificado.