El doble balón gástrico, también denominado balón dúo, es una variante de la técnica del balón gástrico, que está especialmente indicada en pacientes que van a ser sometidos a algún tipo de cirugía bariátrica, con el fin de perder una parte importante de su sobrepeso y, de este modo, reducir los riesgos de la misma y optimizar sus resultados.
No obstante, en pacientes con obesidad mórbida severa (IMC mayor de 35) también puede ser considerada como una técnica alternativa a la cirugía bariátrica cuando han fracaso los tratamientos tradicionales (dieta y ejercicio físico o terapias con fármacos) y no pueden ser sometidos a una intervención quirúrgica de este tipo por razones médicas.
Otra de las indicaciones del doble balón gástrico es la reeducación de los pacientes con un patrón alimentario compulsivo, es decir que ingieren grandes cantidades de alimentos de forma compulsiva y descontrolada.
El proceso de tratamiento con el balón dúo es idéntico al del balón gástrico simple, con la salvedad de que en este caso tiene el doble de volumen y, por tanto, ocupa más espacio en el estómago, donde se coloca por vía endoscópica. Con esta técnica se pueden llegar a perder entre 45 y 60 kilos en los seis meses que dura el tratamiento, pero es esencial que el paciente comprenda y asuma que el éxito del tratamiento implica que debe cambiar sus hábitos alimenticios y practicar regularmente ejercicio físico para el resto de su vida.
doble balón gástrico
La base de su eficacia es la misma que en el balón gástrico, ya que al ocupar gran parte del estómago éste reduce significativamente su capacidad para recibir alimentos y genera una sensación de saciedad casi continua que eliminará las ganas de comer y contribuirá decididamente a la pérdida rápida de peso. No obstante, además del ejercicio físico que se deberá realizar con regularidad, esta técnica conlleva una dieta específica que cumplirá la doble finalidad de adelgazar y educar al paciente en el mantenimiento de hábitos alimenticios saludables.
Es importante destacar que, como en el caso del balón gástrico simple, la dieta debe iniciarse con alimentos líquidos para aumentar progresivamente su consistencia e incorporar otros alimentos sólidos, en la medida en que el estómago los tolere, hasta alcanzar la normalización de la alimentación. Después del tratamiento habrá que mantener los hábitos alimenticios y de ejercicio adquiridos durante el mismo, para evitar mantener el peso logrado.
En lo que respecta a los efectos adversos del doble balón gástrico, éstos se concretan en la aparición de náuseas y vómitos durante los tres días posteriores a la colocación del balón en el estómago. Durante el resto del tratamiento, cabe la posibilidad de que se pueda producir pirolisis, esofagitis o úlcera péptica como consecución de un exceso de secreción de ácidos en el estómago. Para prevenir estas complicaciones, se mantendrá un tratamiento con protectores gástricos (inhibidores de la bomba de protones) durante toda la duración del tratamiento.