La mitad de la población la sufre al menos una vez al año, aunque sólo un 20% presenta episodios de dolor intenso. El dolor de cabeza no es en sí misma una enfermedad, sino que está considerado como un síntoma común a muchas enfermedades, aunque también puede ser causado por circunstancias concretas de la vida diaria como:
• Cambios bruscos de temperatura.
• Falta de sueño.
• Ansiedad.
• Exceso de ejercicio.
• Tos, etc.
Entre las enfermedades que suelen causar dolores de cabeza, cabe destacar:
• Traumatismos.
• Infecciones.
• Tumores cerebrales.
• Enfermedades vasculares que afectan al cerebro.
• Neuralgias.
• Hipertensión arterial.
• Hipotiroidismo.
• Hipoxia.
• Síndrome de abstinencia, etc.
No obstante, hay tres tipos de dolor de cabeza que pueden ser consideradas como entidad patológica o, lo que es lo mismo, como cefaleas primarias:
Migraña
• Cefalea tensional: es el dolor de cabeza más frecuente y, como su propio nombre indica, suele producirse en situaciones de tensión y estrés y afecta a todo el perímetro craneal, con una sensación de opresión, aunque el dolor puede ser muy intenso.
• Cefalea en racimos: causa un dolor muy intenso que puede durar entre 15 minutos y tres horas, interrumpiéndose y reanudándose. Cursa en forma de brotes, afectando generalmente a la misma zona de la cabeza -es unilateral- afectando también a la órbita ocular. El consumo de alcohol aumenta la duración de los brotes y fumar durante los mismos aumenta el dolor. no se conocen las causas aunque se cree que entre otros factores fisiológicos existe cierta predisposición genética.
Tratamiento del dolor de cabeza
El tratamiento del dolor de cabeza es varía en función del tipo que sea. Los analgésicos son la mejor opción para las cefaleas leves y más frecuentes, incluyendo las tensionales. Sin embargo, en el caso de migrañas y cefaleas en racimos debe ser el médico quien instaure el tratamiento más adecuado, ya que éste dependerá de su intensidad y frecuencia.
En los casos moderados a leves de dolor de cabeza se requerirá el uso de medicamentos más específicos, como los triptanos y la ergotamina, para el tratamiento de las crisis y, en el caso de la las cefaleas en racimos, para la prevención de las mismas.