La candidiasis es una enfermedad infecciosa que afecta a la piel y las mucosas en general y que está causada por una familia de hongos conocida con el nombre genérico de Cándida. Debe advertirse que, aunque no produzcan infección, estos hongos forman parte, junto a las bacterias y otros microorganismos, de la flora que todas las personas tienen en la boca, el intestino y la zona genital. La humedad y el calor favorecen la proliferación de estos hongos y, como consecuencia, la aparición de una infección.
Por tanto, la higiene y mantener la piel seca, especialmente en las zonas de grandes pliegues son las mejores medidas preventivas para evitar la candidiasis.
La sintomatología habitual de la candidiasis implica:
- Picor.
- Escozor.
- Inflamación y enrojecimiento del área afectada.
- Aparición de vesículas y fisuras en la piel.
En algunos casos, cuando se inicia en la boca o en la mucosa vaginal, pueden aparecer placas blanquecinas que sangran cuando se procede a su eliminación.

Es importante señalar la existencia de determinados grupos de riesgo frente a la candidiasis:
- Personas en tratamiento antibiótico.
- Recién nacidos.
- Embarazadas.
- Consumidores de droga por vía parenteral.
- Diabéticos.
- Fumadores.
- Personas con el sistema inmunitario debilitado.
- Pacientes hospitalizados.
Hay distintos tipos de candidiasis, en función de la zona del organismo en que se produzca la infección:
- Piel: suele surgir en las ingles, las axilas y en la parte inferior de las mamas, así como en los pliegues del abdomen en personas obesas.
- Uñas: se inflama la zona de inserción de la uña, causando dolor e hinchazón, pudiendo llegar a producirse supuración al presionar, así como la deformación de la uña.
- Boca: puede manifestarse de diferentes formas. La más frecuente es la que genera la inflamación de las comisuras de la boca, que se fisuran y en las que aparecen pequeñas vesículas que se rompen y escuecen. En los niños y personas con problemas inmunológicos pueden formarse placas blanquecinas que pueden llegar a sangrar cuando se quitan.
- Aparato digestivo: las zonas más comúnmente afectadas son esófago y el ano. En el primer caso la infección ocasiona sensación de ardor y dolor torácico. En el ano produce picor e irritación y puede extenderse a la piel del área circundante.
- Aparato respiratorio: afecta fundamentalmente a la laringe por extensión de una infección iniciada en la boca y puede llegar hasta los bronquios.
- Aparato genital: en la mujer afecta a la vulva y la vagina y en el hombre al glande y el prepucio. Picor, escozor e irritación son los síntomas característicos.
Conviene saber que la candidiasis es una de las infecciones que con mayor frecuencia se adquieren durante un ingreso hospitalario. El uso de sondas urinarias y catéteres infectados suelen ser la causa más común. También está considerada como una enfermedad de transmisión sexual.
El tratamiento de la candidiasis requiere el uso de medicamentos antifúngicos, ya sea por vía oral o tópica (cremas, geles y óvulos vaginales). El problema es cuando esta infección se hace persistente como consecuencia de la existencia de una enfermedad subyacente (diabetes, cáncer, u otras que debiliten el sistema inmunitario) o un tratamiento antibiótico previo o simultáneo. En tales casos se dispone de antifúngicos más potentes.