Los folatos se sintetizan en el organismo a través del ácido fólico que se ingiere con los alimentos y que está presente fundamentalmente en las hortalizas de hoja verde, legumbres y frutas (especialmente en los cítricos). Se trata de una vitamina B que resulta esencial en el proceso de crecimiento de tejidos y en la actividad celular pero que desempeña una importante función metabólica, ya que con las vitaminas B12 y C, ayuda a la descomposición, utilización y producción de las proteínas, contribuyendo a la formación de glóbulos rojos.
Precisamente, una de las consecuencias del déficit de folatos puede ser el desarrollo de una anemia a causa de que no se forme la cantidad suficiente de glóbulos rojos de lo debido.
La anemia por deficiencia de folatos se caracteriza porque los glóbulos son excesivamente grandes (megalocitos o megaloblastos), razón por lo que también se la conoce como anemia megaloblástica. Se observan en la médula ósea. Ésta es la razón por la cual a esta anemia también se la denomina anemia megaloblástica.
Causas y síntomas de la anemia por deficiencia de folatos
Este tipo de anemia es relativamente frecuente en las personas mayores, ya que a medida que aumenta la edad se asimilan con más dificultad los nutrientes procedentes de los alimentos y, entre ellos el ácido fólico, por lo que se necesita una mayor ingesta para cumplir con las necesidades del organismo.
Sin embargo, puede haber otras causas, como es el alcoholismo, la existencia de una anemia hemolítica o el uso de determinados medicamentos. También hay que tener en cuenta que en el embarazo las necesidades de folatos se multiplican, por lo que si no se sigue la correspondiente suplementación de ácido fólico, el riesgo de sufrir este tipo de anemia aumenta significativamente.
Los síntomas más frecuentes son los siguientes:
- Palidez de la piel.
- Sensación de cansancio.
- Dolor de cabeza.
- Aparición de úlceras o llagas en la boca y la lengua.
Tratamiento de la anemia por deficiencia de folatos
Una vez que se ha comprobado que la causa de la anemia es una deficiencia de folatos, el tratamiento debe enfocarse a restaurar en el organismo las concentraciones de este tipo de vitamina B. Para ello se instaura una suplementación de ácido fólico que puede administrarse bien por vía oral o por vía intravenosa. Habitualmente la recuperación de la anemia se logra en el plazo de dos o tres meses, salvo que la anemia tenga su origen en trastornos del aparato digestivo, en cuyo caso es probable que la suplementación de ácido fólico deba mantenerse de por vida.
La suplementación nutricional debe acompañarse también de un cambio en los hábitos de alimentación, incorporando una mayor cantidad de alimentos ricos en ácido fólico: hortalizas de hoja verde, legumbres, frutas (especialmente en los cítricos) e hígado.
Los cambios en la alimentación pueden ayudar a aumentar el nivel de folato. Coma más hortalizas de hoja verde y cítricos.
Hay que tener en cuenta que la persistencia de la anemia por deficiencia de folatos puede tener ciertas complicaciones:
- Aparición o incorporación de una cardiopatía o una insuficiencia cardiaca.
- Problemas de esterilidad.