Causas y riesgos de la diabetes tipo 2
La obesidad es uno de los factores de riesgo fundamentales para desarrollar una diabetes tipo 2 y es también la razón por la que la incidencia de esta enfermedad ha aumentado de forma alarmante en la población infantil. De hecho, los especialistas advierten que el 86% de las personas que sufren este tipo de diabetes son obesas. Además, es importante tener en cuenta que una persona obesa (incluso si es un niño) presenta con frecuencia otros factores de riesgo cardiovascular, como pueden ser la hipertensión arterial o el colesterol elevado.
Por cada unidad que aumente el índice de masa corporal (IMC), se incrementa en un 12% el riesgo de sufrir una diabetes tipo 2. Por el contrario, se ha demostrado que si se pierde el peso necesario para obtener un perímetro de cintura inferior a 102 cm. en los hombres y 88 cm. en las mujeres, este riesgo disminuye de forma significativa. Asimismo, las personas se estima que las personas obesas con diabetes tipo 2 tienen una esperanza de vida 8 años inferior a la de una persona sana.

Tratamientos de pérdida de peso
Es por esta razón que la pérdida de peso constituye uno de los objetivos esenciales del tratamiento de este tipo de diabetes, ya en ocasiones puede ser suficiente para que los niveles de glucosa en sangre recuperen la normalidad. Una dieta controlada y rigurosa y la práctica regular de ejercicio físico serán las pautas iniciales para lograr adelgazar y controlar los factores de riesgo cardiovascular, especialmente la diabetes tipo 2. Pero lo importante es modificar de forma definitiva los hábitos de vida (alimentación inadecuada y sedentarismo) que han llevado a la ganancia excesiva de peso.
Actualmente, los datos clínicos acumulados sobre la relación entre la obesidad y la diabetes tipo 2 indican que el tratamiento, además de utilizar los fármacos hipoglucemiantes (reductores de la glucosa en sangre) deben tener en cuenta la reducción de la grasa abdominal, ya que ésta libera ácidos grasos y radicales libres que inducen la muerte de las células pancreáticas, afectando significativamente al metabolismo de la insulina y, por tanto, de la glucosa. Esta es la razón de que una pérdida de peso, aunque sea muy ligera, mejora considerablemente el metabolismo de la glucosa y la insulina, además de otros factores de riesgo.
Tanto es así, que en casos de diabéticos tipo 2 con obesidad mórbida habrá de valorarse la posibilidad de recurrir a una cirugía bariátrica para inducir la pérdida de peso (balón gástrico, bypass gástrico u otras técnicas). Un estudio publicado en la revista JAMA establece, de hecho, que el 73% de los obesos sometidos a cirugía bariátrica lograron la completa normalización de los niveles de glucosa en sangre.