La mitad de los cánceres aparecen a partir de los 65 años y aproximadamente el 30% en personas mayores de 75 años. No en vano, el envejecimiento es el principal factor de riesgo frente al cáncer: a mayor edad, mayores son las posibilidades de desarrollar un una enfermedad oncológica. Los tumores más frecuentes en las personas de edad avanzada son el de próstata, colon y recto, pulmón, mama, algunos tipos de leucemia y linfomas, etc.
Pese a esta realidad, lo cierto es que, incluso a edades avanzadas, se puede reducir el riesgo de sufrir un cáncer adoptando una serie medidas que favorecen un envejecimiento saludable. No obstante, hay que tener en cuenta que el desarrollo de un cáncer requiere varios años antes de que pueda ser detectado, lo que implica la necesidad de adoptar todas estas medidas preventivas cuanto antes:
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Dejar de fumar: es el consejo más importante, ya que es el principal factor de riesgo frente al cáncer. En los hombres, uno de cada tres cánceres se asocia al tabaco. Sólo con esta medida se puede evitar el cáncer de pulmón, vejiga, boca, laringe y riñón, entre otros.
- Evitar el consumo de alcohol: no se debe sobrepasar un vaso de cerveza o dos de vino al día, aunque es mejor no consumir ninguna cantidad. El abuso del alcohol favorece, por ejemplo, el desarrollo de un cáncer de hígado o de páncreas.

- Evitar el sobrepeso y la obesidad: se ha demostrado que las personas obesas tienen un riesgo aumentado de desarrollar un cáncer, por lo que es muy importante mantenerse en el peso adecuado (igual o inferior al resultado de restar 100 a la altura de la persona en centímetros). Una dieta equilibrada y variada, si es posible contemplando cinco comidas diarias, ayudará a lograr este objetivo. En este mismo contexto, limitar el consumo de carne roja a una o dos veces a la semana reducirá el riesgo de sufrir un cáncer colorectal.
- Ejercicio físico moderado: caminar cada día entre 30 minutos y una hora, subir escaleras u otros ejercicios de baja intensidad ayuda a prevenir cánceres como los de próstata y colon, así como aquellos que se asocian a la obesidad, como es el caso del cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.
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Evitar la exposición al sol sin la adecuada protección: la radiación ultravioleta tiene un efecto dañino y acumulativo sobre la piel, siendo el principal factor de riesgo frente al melanoma. Es por ello que en edades avanzadas hay que extremar las precauciones y no exponerse al sol sin tomar las debidas precauciones, especialmente en verano: cremas de protección solar, sombrero, ropa adecuada, etc.
Todos estos consejos permitirán reducir las posibilidades de desarrollar un cáncer y envejecer saludablemente, previniendo además otras enfermedades. Pero también es importante someterse de forma periódica las pruebas rutinarias actualmente disponibles para la detección precoz de determinados tipos de cáncer; la mamografía (cada dos años) para el cáncer de mama, el PSA (anualmente) para el de próstata o el análisis de heces (cada dos años) para el colorrectal.