Prácticamente todos los animales de piel ó plumas pueden producir alergia en las personas. Sin embargo, para desarrollar una alergia, además de la predisposición genética, es necesario convivir de forma prolongada con ellos para desarrollarla. De ahí que los alérgenos más comunes son los que proceden de perros y gatos y afectan al 15% de la población. En general los gatos son más alergénicos que los perros.
En contra de lo que se suele creer, la alergia no la ocasiona el pelo del animal doméstico, sino unas proteínas que se encuentran en su saliva, en la descamación de la piel o en la orina. Estas proteínas se desprenden de la piel o se secan y pueden acumularse en el pelo que pierde el animal o, en el caso de la saliva y la orina, pasar al aire y contaminar en forma de partículas de polvo muy pequeñas el interior de las casas e incluso de los edificios.
Este alérgeno puede afectar a diferentes zonas del organismo: piel, ojos y vías respiratorias. Hay que tener en cuenta, además, que la reacción alérgica no ocurre necesariamente en el momento en que se produce el contacto directo con el animal doméstico, sino que los síntomas pueden empezar a notarse hasta pasadas 12 horas, pudiendo ser graves. Incluso, no es necesario que el animal esté presente, sino que basta que haya estado en la misma estancia, puesto que el alérgeno puede estar en el aire o en los pelos que pierde el animal doméstico.
Los síntomas más frecuentes son los propios de la rinitis y la conjuntivitis. Sin embargo las reacciones pueden ser más severas, especialmente en personas asmáticas: espasmo bronquial, dificultad para respirar o accesos de tos. En la piel pueden causar urticaria, angioedema, prurito o eccemas. Pero, si pasadas unas horas los síntomas se agravan, pueden causar incluso anafilaxia, es decir, reacciones severas que afectan a distintos órganos, pudiendo llegar incluso a producir un shock anafiláctico.
Aunque es una decisión difícil cuando en casa ya hay un perro o un gato, el mejor tratamiento para este tipo de alergia es deshacerse del animal doméstico dándolo en adopción. Además, habrá que evitar en la medida de lo posible el contacto con otros animales, lo que en ocasiones puede ser complicado, ya que en los edificios de varios pisos es frecuente encontrar alguno de estos animales domésticos, que contaminan las zonas de uso común.