Tras dar a luz el cuerpo de la mujer inicia un proceso de readaptación a la normalidad, sobre el que muchas madres no están suficientemente informadas. Durante el embarazo el organismo se ha alterado por completo para satisfacer las necesidades de desarrollo del feto, por lo que tras el nacimiento del bebé se inicia la llamada recuperación postparto, que incluye muchos aspectos diferentes:
- La devolución del útero y los músculos abdominales a su tamaño normal.
- El restablecimiento del equilibrio hormonal.
- La readaptación del sistema sanguíneo.
- La recuperación del deseo sexual, etc.
La matriz, el canal del parto, la vejiga, los pechos, el tracto intestinal, el metabolismo y la piel deben readaptarse. Y éste es un proceso lento y gradual que puede llevar algunos meses, especialmente en lo que se refiere a la recuperación de la forma física, la eliminación de estrías y otros problemas estéticos derivados de los cambios que el embarazo produce en el cuerpo.
En lo que respecta a la readaptación del organismo, la recuperación postparto afecta de diferentes formas:
- Hemorragia vaginal: después del parto es normal que se sufran pérdidas más abundantes que las que ocurren con la menstruación y que se acompañan con la presencia de coágulos. Es lo que se conoce como loquios y corresponde al desprendimiento de los últimos restos de placenta del endometrio y pueden durar hasta 40 días.
- Contracciones postparto: también se conocen como entuertos y pueden causar dolor en algún momento. Corresponden a las contracciones del útero para recuperar su tamaño habitual y evitar hemorragias importantes. Las molestias suelen presentarse durante tres a cuatro días después del parto, aunque el útero tarda más tiempo en volver a su tamaño natural.
- Canal del parto: el esfuerzo realizado por los músculos del canal del parto pueden ocasionar molestias y dolores durante unos días.
- Cicatrices: la episotomía y la cesárea dejan cicatrices que molestan, causan dolor y limitan la movilidad, especialmente durante los primeros diez días después del parto.

- Dolores de la zona perineal: los músculos de esta zona también presentan molestias después del parto, aun cuando no se haya realizado la episotomía, debido al estiramiento a que se han sometido.
- Cansancio: tras el parto persiste durante algunos días una sensación de agotamiento, causada por el trabajo de parto y aumentada por la atención al bebé, que resta horas de sueño.
- Dificultad para orinar: la vejiga empieza a recuperar su forma y tamaño natural. Además, durante el parto puede haber sufrido algún tipo de trauma o verse afectada por la anestesia. También el dolor perineal puede causar un espasmo que comprima la uretra. Pero aun así es importante que se vacíe la vejiga en las ocho primeras horas después del parto para evitar posibles complicaciones. es necesario ingerir mucho líquido durante los primeros días para incrementar la motilidad de la vejiga.
- Estreñimiento y hemorroides: es algo normal y una cosa lleva a la otra. La distensión de los músculos abdominales es una de las causas más importantes. Conviene incluir mucha fibra en la dieta y caminar bastante. Ambas cosas ayudarán a restablecer la normalidad intestinal.
Pero además de todos estos aspectos, que afectan de forma inmediata a la recuperación postparto, hay otros que no se resuelven de forma tan rápida. El más importante es posiblemente la recuperación de la figura, la forma física y la estética de la piel.
La gimnasia pélvica (ejercicios de Kegel) es ineludible para evitar en el futuro problemas de incontinencia urinaria y la recuperación del tono muscular y, por tanto, de la figura requiere la práctica de ejercicio, con una gimnasia específica, que también ayudará a eliminar la flaccidez de la piel abdominal. Para esto último también se puede recurrir a técnicas como la radiofrecuencia.
Precisamente, la estética de la piel es lo más difícil de restablecer en la recuperación postparto, aunque en la actualidad la medicina estética ofrece diferentes soluciones a problemas distintos:
- Empeoran las llamadas manchas hormonales, por lo que se aconseja el uso de mascarillas despigmentantes o peelings superficiales, además de utilizar protectores solares.
- Las venas y arañas vasculares (cuperosis) se pueden eliminar con láser.
- La grasa localizada puede mejorar con la criolipolisis.
- Para la retención de líquidos se puede recurrir a drenajes linfáticos.
- La cicatriz de la cesárea puede mejorar con láser.
- Las venas que aparecen en las piernas se pueden tratar con escleroterapia.
En definitiva, la recuperación postparto es un proceso lento y gradual.