No tiene trascendencia. El problema se presenta cuando la madre es Rh - y el padre Rh +, ya que si el feto es Rh +, se puede desarrollar una enfermedad por incompatibilidad del Rh entre la madre y el hijo.
La enfermedad por incompatibilidad Rh sucede en madres con Rh. ¿Su pareja es Rh +? En estos caso, si el feto es Rh + puede producirse la enfermedad si hay contacto entre la sangre de la madre y la del feto, ya que se producen anticuerpos anti-Rh por parte de la madre que atravesarán la placenta y atacarán a la sangre del feto. El riesgo de la incompatibilidad Rh es menor en el primer embarazo porque el bebé generalmente nace antes de la exposición a la sangre materna, a no ser que previamente haya habido otro embarazo que haya pasado desapercibido por abortar en las primeras semanas y confundirse con un retraso simple de la regla (esto sucede con cierta frecuencia).
Las dificultades se presentan cuando el factor Rh entra al sistema circulatorio Rh negativo de la madre durante el parto, y se desarrollan los anticuerpos maternos anti-Rh.
En el siguiente embarazo, los anticuerpos que llegan al feto por la placenta (medio por el cuál existe un contacto entre la madre y el feto, que permite el transporte de alimentos, oxígeno, etc.), empiezan a causar destrucción de los eritrocitos fetales (los que transportan oxígeno y nutrientes al cuerpo). Si la destrucción de los eritrocitos es muy grave el feto puede morir. Como la producción de anticuerpos de la madre se inicia después del parto (unos tres días después), se puede evitar administrando una inmunoglobulina de Rh (RhIg) dentro de las 72 horas siguientes de cada parto o aborto, ya que los anticuerpos de esta medicación destruirán los hematíes fetales antes de que produzcan sensibilización de la madre y produzca sus propios anticuerpos. Su efecto dura unos meses, aunque es inefectiva en un 2% de los casos. La inyección debe de aplicarse también después de cada aborto.