Cambios en la sexualidad durante el embarazo
Durante la gestación, el cuerpo y las emociones atraviesan múltiples transformaciones. Algunas son visibles, como el crecimiento del abdomen o los cambios hormonales, y otras más íntimas, como la variación del deseo sexual. Muchas personas se preguntan si es normal sentir más o menos apetito sexual en esta etapa. La respuesta es sí: los cambios en el deseo sexual durante el embarazo son completamente normales.
Este proceso no es igual para todas las mujeres ni en todas las fases. Lo importante es entender qué lo provoca y cómo abordarlo desde la comunicación, el respeto y la confianza.
¿Por qué cambia el deseo sexual en el embarazo?
El embarazo es una etapa de grandes cambios físicos, hormonales y emocionales que pueden influir directamente en la libido. Entre los factores que más influyen están:
- Hormonas: en el primer trimestre, las náuseas, el cansancio o las molestias iniciales pueden reducir el interés por el sexo. En el segundo, muchas mujeres notan un aumento del deseo. En el tercero, el volumen abdominal y el cansancio pueden volver a disminuirlo.
- Estado emocional: la ansiedad, los miedos sobre el parto o el bienestar del bebé influyen en cómo se vive la sexualidad.
- Imagen corporal: algunas embarazadas se sienten más atractivas, mientras que otras se sienten incómodas con su cuerpo.
- Dudas o temores: es habitual preguntarse si las relaciones pueden hacer daño al feto, aunque en embarazos sin riesgo están permitidas.
El deseo sexual según el trimestre
Cada etapa del embarazo puede vivirse de forma diferente también desde el plano sexual:
- Primer trimestre: los cambios hormonales, el cansancio y las náuseas pueden hacer que la libido disminuya. Muchas mujeres están adaptándose a la idea del embarazo.
- Segundo trimestre: suele considerarse el más favorable. Disminuyen las molestias iniciales y el aumento del flujo sanguíneo en la zona genital puede incrementar la sensibilidad.
- Tercer trimestre: el volumen abdominal y el cansancio suelen volver a reducir el deseo. También pueden surgir incomodidades posturales o temor al parto.
Lo importante es adaptar las expectativas y no forzarse. Cada experiencia es única.
¿Es seguro mantener relaciones sexuales?
En la mayoría de los casos, sí. Las relaciones sexuales son seguras durante el embarazo si no hay contraindicaciones médicas. El bebé está protegido por el útero, el líquido amniótico y el tapón mucoso. No hay riesgo de que el coito afecte al desarrollo del feto.
Se debe evitar si hay complicaciones como:
- Sangrado sin causa clara.
- Riesgo de parto prematuro.
- Rotura de bolsa o infecciones.
- Placenta previa.
En caso de duda, es fundamental consultar con el profesional sanitario que lleva el control del embarazo.
Beneficios de mantener la vida sexual activa
Tener relaciones sexuales durante el embarazo puede aportar beneficios a nivel físico y emocional:
- Favorece la relajación y mejora el descanso.
- Refuerza el vínculo con la pareja.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Contribuye al bienestar emocional.
Además, la actividad física suave que implica el sexo puede considerarse positiva si no hay restricciones médicas.
¿Y si no hay deseo?
La falta de deseo también es completamente normal. Hay muchas formas de vivir la sexualidad y no todas implican tener relaciones. El contacto, la comunicación, los abrazos o los gestos de cariño son igual de importantes para mantener la intimidad y el vínculo con la pareja.
No sentir deseo sexual no significa estar mal, ni con uno mismo ni con la relación.
Recomendaciones para mantener la intimidad
Si existe deseo pero hay ciertas incomodidades físicas, puede ser útil:
- Buscar posturas más cómodas, especialmente en el tercer trimestre.
- Dedicar más tiempo a las caricias o al juego previo.
- Hablar abiertamente sobre las sensaciones y necesidades de cada uno.
- Practicar la empatía, especialmente en los días de mayor sensibilidad o cansancio.
La clave está en la comunicación y el respeto mutuo.
Mitos frecuentes sobre sexo y embarazo
Todavía existen creencias erróneas que pueden generar dudas o miedo:
- “El sexo puede provocar un aborto”: falso. En embarazos sanos, las relaciones no aumentan el riesgo.
- “El bebé puede notar las relaciones”: el feto no tiene conciencia de lo que ocurre fuera del útero.
- “Se debe evitar el sexo durante todo el embarazo”: solo es necesario hacerlo si lo indica el profesional sanitario.
Desmentir estos mitos ayuda a vivir la sexualidad de forma más libre y tranquila.
Cuándo consultar con un profesional
Es aconsejable hablar con el ginecólogo o la matrona si:
- Hay dolor persistente durante las relaciones.
- Se experimentan miedos que dificultan la vida íntima.
- Surgen conflictos de pareja relacionados con la sexualidad.
También es recomendable pedir orientación si se desea explorar nuevas formas de intimidad o resolver dudas de manera segura.
Una etapa para redescubrirse
La sexualidad en el embarazo no desaparece, se transforma. Cambia la forma en que se vive, se siente y se expresa. Algunas mujeres descubren nuevas sensaciones, otras prefieren centrarse en su bienestar emocional. No hay una única forma correcta de vivir esta etapa.
Escucharse, respetar los propios ritmos y mantener una comunicación sincera con la pareja y el equipo sanitario ayuda a vivir el embarazo con más plenitud y confianza.