La alimentación orgánica parte del principio de que nuestra salud está relacionada directamente con los alimentos que ingerimos y, un paso más allá, con la riqueza de la tierra de cultivo.
En este sentido, un reciente estudio difundido por la publicación New Scientist afirma que los alimentos orgánicos ayudan a reducir el riesgo de sufrir tanto problemas cardiovasculares como cáncer.
A nivel internacional la importancia de la producción de alimentos orgánicos está empezando a tomar relevancia. Por un lado, en Austria y Suiza la demanda de este tipo de productos agrícolas alcanza el 10% del sistema alimentario nacional.
En Estados Unidos, Japón y la Unión Europea están experimentando en los últimos años un crecimiento anual de dicha demanda cercana al 20%. Por otro lado, los países en vías de desarrollo tienen la oportunidad de diversificar su base agrícola para establecerse como principales productores y exportadores de alimentos orgánicos.
A nivel nacional, el pasado Mayo, se celebró la decimotercera edición de Biocultura 2006 en Barcelona, un evento que se define como "Feria de Alternativas y Calidad de Vida", y allí se propuso "una alimentación y una filosofía que busca la salud mediante productos alternativos .
El objetivo de esta feria es "educar" sobre la importancia de consumir este tipo de productos saludables. Los alimentos biológicos, es decir, los obtenidos por métodos ecológicos y sin presencia de sustancias químico-sintéticas, son la "estrella" de la biocultura.
La Asociación Vida Sana, una de las organizadoras del encuentro, confirmó que su intención es proponer en el Congreso de los Diputados que se cree en España una ley para obligar a las escuelas públicas a que cocinen con alimentos biológicos.
¿A qué se debe este notable crecimiento así como esta mayor atención que la sociedad está prestando a la alimentación orgánica? Básicamente, parece que tras ambos fenómenos subyace la preocupación de una alimentación saludable entendida como bienestar global.
En los siguientes párrafos isanitas.com quiere presentarte las claves para comprender cuál es la base de la agricultura orgánica así como sus ventajas y propuestas en torno a la salud, la ecología y la sociedad.
"La agricultura orgánica define su propuesta como una industria alimentaria nueva, alternativa, que tiene como objetivo elaborar verdaderos alimentos sanos y nutritivos, no meros comestibles desnaturalizados"
Cultivar la salud
¿Qué es la agricultura orgánica?
Parte del concepto de agricultura sostenible pretende presentarse como alternativa a la solución de graves problemas ambientales, sanitarios y sociales producidos por la agricultura intensiva.
De ahí que se base en la prohibición de usos de semillas sintéticas, fertilización química y plaguicidas sintéticos. La clave está en mantener el equilibrio del ecosistema así como la fertilidad del suelo.
De hecho, tal y como afirma la Asociación Vida Sana, "es una agricultura estudiada para no contaminar y para reciclar". No en vano, los Consejos Reguladores regionales de la agricultura orgánica exigen un mínimo de dos años de transición y una serie de procesos y tratamientos naturales para que un terreno de cultivo intensivo pueda cumplir los requisitos necesarios para ser catalogado como orgánico.
Entre las medidas para la producción agropecuaria orgánica la Comisión Codex Alimentarius, dependiente de la Organización Mundial de la Salud y de la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), acordó que "la cría del ganado según principios orgánicos debe servirse de métodos naturales, reduciendo al mínimo el estrés de los animales, evitando las enfermedades y eliminando paulatinamente el empleo de determinados medicamentos, entre ellos, algunos antibióticos.
Los animales deben alimentarse principalmente con piensos orgánicos de alta calidad, sin harinas cárnicas, si bien los productos derivados de la leche y del pescado se pueden admitir. No está permitido el uso de hormona de crecimiento".
¿Por qué una alternativa saludable?
La agricultura orgánica define su propuesta como una industria alimentaria nueva, alternativa, que tiene como objetivo elaborar verdaderos alimentos sanos y nutritivos, no meros comestibles desnaturalizados.
Como dato relevante, la citada FAO informa que anualmente unos tres millones de personas padecen envenenamiento provocado por el uso de plaguicidas tóxicos en la producción de alimentos agrícolas.
Por otro lado, la citada Comisión Codex estableció en julio de 2001 una serie de topes máximos de contaminantes ambientales en la producción agrícola, entre ellos, el plomo, el cadmio y la aflatoxina, hallados por ejemplo en los zumos de fruta, los cereales y la leche comercializados habitualmente en cualquier establecimiento alimentario. Se ha demostrado que el plomo afecta al desarrollo intelectual de los niños y que la aflatoxina es una sustancia cancerígena.
Asimismo, se está investigando la potencial capacidad de los alimentos derivados de organismos modificados genéticamente para provocar reacciones alérgicas en los consumidores.
¿Por qué una alternativa ecológica?
En los párrafos anteriores ya se han citado algunas de las ventajas "verdes" de la producción alimentaria orgánica. A continuación, hemos destacado los principales beneficios ecológicos derivados de la agricultura orgánica.
- Produce alimentos muy ricos y equilibrados en nutrientes.
- Respeta los ritmos naturales y no utiliza agroquímicos.
- Al no utilizar pesticidas químicos, requiere plantaciones autóctonas, contribuyendo a mantener el patrimonio genético del lugar.
- Contribuye a la descontaminación del aire, el agua, el suelo, la flora y la fauna.
- Evita el despilfarro de energía, al dosificar el uso excesivo de maquinaria.
- Fertiliza la tierra y frena la desertificación.
- Fomenta la biodiversidad.
¿Por qué una alternativa social?
La agricultura orgánica requiere el mantenimiento de la población rural, de la figura tradicional del agricultor así como de la producción, comercio y consumo locales en el ámbito de la alimentación, apoyando de este modo la continuidad de la cultura y tradición campesinas.
Por otro lado, tal y como cita la FAO, "la agricultura orgánica requiere una aportación de mano de obra considerablemente mayor que la de las granjas convencionales. Además, es posible que la diversificación de los cultivos que suele observarse en las granjas orgánicas, con sus diversos calendarios de siembra y cosecha, distribuya de manera más equitativa la demanda de mano de obra, lo que podría contribuir a la estabilización del empleo".
Siguiendo los argumentos de la FAO, en relación a los países en vías de desarrollo, en los que el peso de las exportaciones se basa en la producción agrícola, "la diversidad de la producción aumenta las oportunidades de obtener ingresos y, por ejemplo, en el caso de las frutas, puede aportar a la alimentación familiar minerales y vitaminas esenciales para proteger la salud. También distribuye el riesgo de pérdidas entre una gran variedad de cultivos".
Como ya citábamos en el comienzo de este artículo, el mercado la alimentación orgánica es un mercado emergente con grandes expectativas de crecimiento, de ahí la oportunidad para los países en vías de desarrollo. Sin embargo, estos países se ven afectados por una escasez de información sobre métodos de producción orgánica así como un escaso apoyo institucional debido, sobre todo, a una incapacidad profesional en la asistencia a los agricultores que deciden optar por el cultivo orgánico.
Desventajas de la agricultura orgánica
Es más cara. Sí, normalmente los productos orgánicos son algo más caros, pero hay que tener en cuenta que su contenido en nutrientes es superior al de los productos habituales. Esto implica que para proteger la salud así como para cubrir las necesidades nutritivas se requiere menor cantidad de alimentos orgánicos que de convencionales.
Es más difícil de encontrar. Cada vez menos, aunque sí hay que reconocer que su disponibilidad no está tan generalizada como el consumidor español desea. No tienen tan buena apariencia. Esto es debido sobre todo a la no manipulación genética de los alimentos.
Redactado por www.sanitas.es bajo la supervisión médica del Dr. Ignacio Orive