La Huerta. Atrás ha quedado la labor del campesino que remueve la tierra, abona, siembra, riega, cuida y espera, para ver transformarse el campo cultivado en ordenadas filas de hortalizas, sus hojas, sus frutos o sus raíces. Así todos los años, ¡y mirando al cielo a ver si llueve!
Las hortalizas -viene su nombre de huerta- son el complemento más importante de una alimentación moderna. Me atrevería a decir que inclusive más importante que el "pan nuestro de cada día". La civilización sedentaria ahorra calorías y la huerta nos brinda variadas posibilidades de menús ligeros y sabrosos.
Cientos de productos ligeros de hoja (espinacas, acelgas, brócoli...), de frutos (tomate, pimiento, calabacín,...) o de raíces (remolacha, zanahoria, cebolla,...).
Incluso alguno con mayor energía calórica por su contenido en almidón como en el caso de boniatos, batatas, yuca... o esas patatas tan bien vistas en todos los platos, protagonista imprescindible de la tortilla española.
La fibra es la gran motivadora del movimiento intestinal y de unas paredes sanas del tubo digestivo.
Difícilmente una hortaliza podrá ser responsable de nuestro peso excesivo. Todo dependerá de los aceites, grasas o "acompañamientos" que le añadamos. De estos aderezos dependerá lo variado y saciante del plato: ensaladas, menestras, cremas, sopas, consomés, parrilladas,...
La "cultura verde" es el reino de la fibra, del agua, y de los minerales, como el potasio y magnesio, fundamentales en el comportamiento celular general y cerebral en particular. Además, es una fuente importante de vitaminas tan importantes como la A y sus carotenos, E y sobre todo vitamina C, la vitamina "defensiva, antiestrés y del colágeno", la única que se encuentra en verduras y frutas.
Las verduras pueden sustituir los aportes vitamínicos y minerales de las frutas.
La fibra es la gran motivadora del movimiento intestinal y de unas paredes sanas del tubo digestivo. Regula y da marcha a sus contracciones fisiológicas, facilitando la mezcla de fermentos digestivos con lo comido, la absorción alimenticia y el tránsito de las heces.
Tal vez se produzcan gases con algún tipo de verdura ("flatulentas" como las coles). Un buen tránsito intestinal, además del uso de hinojo, anís y comino, ayudan a eliminar este pequeño y banal inconveniente, el cual muchas veces desaparece por sí solo.
Decir fibra es decir gimnasia intestinal. Ello significa evitar enfermedades intestinales que oscilan desde el estreñimiento al cáncer, además de intervenir decididamente en prevenir y mejorar hemorroides o regular la absorción de grasas y azúcares, con el consiguiente descanso hepático y beneficio para corazón, vasos sanguíneos y páncreas.
Consumid amplias raciones de verduras frescas o congeladas crudas (bien lavadas), al vapor, a la parrilla ... Utilizad aderezos imaginativos y nunca os aburriréis. Y todas las cenas, la familia.... ¡¡al huerto!!
