frenectomía
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Frenillo sublingual: su alteración (poca longitud) limita la movilidad de la lengua, dificulta la succión y la deglución y puede ocasionar problemas fonéticos con determinadas letras (r, s, d, pl, pr), además de dificultar el desarrollo de los maxilares.
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Frenillos labiales (superior e inferior): sus anomalías anatómicas pueden generar problemas dentales (patologías periodontales), fonéticos y estéticos (labio corto o retraído), además de dificultar el uso de prótesis dentales en las personas mayores y el seguimiento de tratamientos de ortodoncia en los niños.
La frenectomía puede evitar la aparición de todos estos problemas. De hecho, cuando los frenillos labiales de los recién nacidos son cortos y fuertes se recomienda practicar este tipo de intervención antes de que éste empiece hablar, pero nunca antes de cumplir un años de edad. En el caso del frenillo labial esto no es tan importante ya que se estira conforme va creciendo el niño.
Hay dos momentos en los que es especialmente importante revisar el desarrollo de los frenillos: en los niños y en las personas mayores. Unos ante la necesidad de un tratamiento ortodóncico y otros ante la eventualidad de tener que llevar una prótesis removible.
La frenectomía debe ser realizada por un cirujano maxilofacial o un odontólogo. Se lleva a cabo bajo anestesia local y básicamente consiste en cortar el frenillo y posteriormente suturar la herida.