Los fotoprotectores, en cualquiera de sus presentaciones (cremas, leches, aceites o spray), contienen filtros que absorbe o reflejan la radiación solar y que permiten proteger la piel de sus efectos nocivos. No todos protegen por igual, sino que se clasifican en función de lo que se denomina factor de protección solar (FPS) o índice de protección (IP). Cuanto más alto es el factor de protección solar, más protege frente al eritema y el enrojecimiento de la piel que preceden a la quemadura. cada tipo de piel tiene un factor de protección indicado a sus características, pero aún así han de tenerse en cuenta otros factores, tales como la transpiración, la incorrecta aplicación del producto, la intensidad de las radiaciones y el lugar de exposición al sol.
En el mercado pueden encontrarse fotoprotectores con los siguientes factores de protección solar:
- Bajo: 2-4-6
- Medio: 8-10-12
- Alto: 15-20-25
- Muy alto: 30-40-50
- Ultra: 50+
factor de protección solar
factor de protección solar
Además de todo ello es muy importante aplicar correctamente el fotoprotector solar para obtener la protección adecuada: hay que ser generosos en la cantidad de producto que se aplica y distribuirlo uniformemente por toda la piel; también es aconsejable volver a aplicarlo transcurridas dos horas desde la anterior aplicación o cada vez que se salga del agua, si está en el mar o una piscina.
Otras advertencias se refieren a evitar exposiciones prolongadas al sol, al hecho de que algunos medicamentos aumentan la fotosensibilidad de la piel, a que si se trabaja al aire libre es necesario protegerse con ropa, gafas de sol y sombrero y que los fotoprotectores deben utilizarse incluso en días nublados.
Por último, hay que tener en cuenta que la incidencia de radiación ultravioleta alcanza sus máximos durante el verano, por lo que conviene incrementar el factor de protección solar indicado para cada fototipo de piel.