Se habla de hipercolesterolemia cuando las cifras de colesterol en sangre por encima de lo que se considera normal y constituye un importante factor de riesgo cardiovascular, al igual que la hipertensión arterial o la diabetes. Antes de determinar cuáles son los niveles de normalidad conviene aclarar dos hechos concretos.
- El primero de ellos es que hay dos tipos de colesterol, el LDL (de baja densidad o colesterol malo) y el HDL (de alta densidad o colesterol bueno).
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El segundo es que las denominadas lipoproteínas transportan tanto colesterol como triglicéridos y estos últimos también desempeñan un papel importante en lo que respecta a la denominada hiperlipemia, que se define como el aumento de cualquier tipo de grasa en la sangre y que se clasifica en hipercolesterolemia, hipertriglicreridemia e hiperlipemia mixta, cuando ambos tipos de grasan están en niveles elevados.
Hecha esta salvedad los resultados de un análisis de sangre deberán interpretarse del siguiente modo:
1) Colesterol:
- Niveles normales: menos de 200 mg/dl.
- Se consideran altos aunque dentro de la normalidad cuando están entre 200 y 240 mg/dl.
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Niveles patológicos: por encima de 240 mg/dl.
2) LDL:
- Niveles normales: menos de 100 mg/dl.
- Normal-alto: de 100 a 160 mg/dl.
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Alto: por encima de 160 mg/dl.
3) HDL:
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Niveles normales: superior a 35 mg/dl en el hombre y 40 mg/dl en la mujer.
4) Triglicéridos:
- Niveles normales: menos de 150 mg/dl.
- Se considera hipertrigliceridemia cuando son superiores a 150-200 mg/dl.
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Alto: por encima de 500 mg/dl.
Tipos de hipercolesterolemia
Hay diferentes tipos de hipercolesterolemia:
1) Primaria: cuando no hay una causa concreta que induzca la elevación del colesterol, salvo los hábitos de vida y las razones genéticas. Hay que destacar dos tipos diferentes:
- Hipercolesterolemia familiar: es hereditaria, del tipo autosómica dominante, lo que implica que basta que uno de los progenitores transmita el gen defectuoso, por lo que los hijos tienen un 50% de posibilidades de tener el colesterol elevado. Hay más de 700 mutaciones genéticas que pueden afectar al gen receptor del LDL.
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Hipercolesterolemia poligénica: intervienen varias alteraciones genéticas, pero deben asociarse a condiciones ambientales o hábitos de vida (sedentarismo, alimentación, tabaquismo, etc.)
2) Secundaria: si la elevación del colesterol se asocia a enfermedades hepáticas, endocrinas o renales.
Factores de riesgo de la hipercolesterolemia
Además de la posibilidad de heredar una alteración genética concreta, existen otros factores de riesgo asociados a la hipercolesterolemia. Uno de ellos es el sexo, ya que las mujeres están protegidas por los estrógenos hasta la llegada de la menopausia, momento en el que la incidencia se equipara a la del hombre. Otro es la edad, siendo más frecuente a partir de los 50 años en los hombres y 55 en la mujer, incrementándose la prevalencia a medida que aumenta la edad. Finalmente, son también determinantes los hábitos de vida, ya que el sedentarismo, una alimentación rica en grasas saturadas, la obesidad y el tabaquismo contribuyen a aumentar los niveles de colesterol en sangre.
Tratamiento de la hipercolesterolemia
Cuando los niveles de colesterol en sangre se sitúan entre 200 y 240 mg/dl. Las medidas higiénico-dietéticas son la primera opción de tratamiento. Ello supone cambiar los hábitos de vida, especialmente con la práctica diaria de ejercicio físico y en mantener una alimentación equilibrada reduciendo especialmente la ingesta de grasas saturadas de origen animal. Adelgazar, si se es obeso, y abandonar el tabaco también contribuirá a reducir los niveles de colesterol.
Sólo si estas medidas no son suficientes y el colesterol está por encima de los 240mg/dl se deberá contemplar el tratamiento farmacológico con estatinas, fitosteroles, resinas de intercambio, fibratos o un nuevo medicamento denominado ezetimiba. El tratamiento será en este caso de por vida.