La dieta de Atkins se basa en la ingesta de grandes cantidades de proteínas y un mínimo de carbohidratos para adelgazar, argumentando para ello que al organismo le es más fácil quemar carbohidratos que proteínas, por lo que transforma los carbohidratos en energía y almacena las proteínas en forma de grasa. De este modo, esta dieta limita el suministro de energía a la grasa corporal, de modo que el organismo comienza a consumirla causando la pérdida de peso.
dieta de Atkins
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Carnes rojas.
 
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Embutidos.
 
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Quesos.
 
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Huevos.
 
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Mariscos.
 
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Mantequillas.
 
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Margarinas.
 
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Aceites.
 
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Mayonesas.
 
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Mantecas.
 
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Cremas de leche.
 
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Yogurt entero, etc.
   
El otro 10% son carbohidratos que se obtienen de las verduras, limitando al máximo las pastas, harinas, arroz, panes, legumbres, azúcares, bebidas alcohólicas y leche.
También deben evitarse las frutas y las verduras ricas en fibra, ya que ésta impide la absorción de la grasa en el intestino. Las verduras verdes se limitan a 50 gramos por comida. De este modo, la primera semana se pierden cuatro kilos a expensas de eliminación de agua y luego se ralentiza para llegar a los seis kilos por mes.
dieta de Atkins
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Un aporte importante de lípidos provoca un aumento del colesterol sanguíneo, lo que puede dar origen a problemas cardiovasculares, entre ellos, el infarto.
 
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Hay evidencia de que una dieta rica en proteínas y grasas saturadas se relaciona con un riesgo aumentado de determinados tipos de cáncer.
 
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También produce un aumento del ácido úrico.
 
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La ausencia de hidratos de carbono causa fatiga, decaimiento muscular, náuseas, etc.
 
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La pérdida de peso se relaciona directamente con pérdida de masa muscular.
 
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La ausencia de fibra produce estreñimiento y, por tanto, de acumulación de deshechos metabólicos.
 
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La eliminación de frutas, cereales y otros alimentos conlleva una carencia de nutrientes esenciales para el organismo, como vitaminas y minerales.
   
Además de todo ello, otro problema de la dieta de Atkins es que, al igual que todas las dietas milagro, impide la reeducación del paciente en cuanto a los hábitos alimenticios, de tal modo que, una vez cumplidos los objetivos de pérdida de peso, al recuperar la alimentación normal se produce el llamado efecto yo-yo y se recupera el peso rápidamente.