Querida Loramendi:
Hoy hace quince días que falleció mi madre ahí en la residencia, con vosotras, en la que había sido su casa en los últimos casi siete años (los hubiera cumplido en agosto). Acompañar a mi madre en su enfermedad no ha sido fácil. Han sido 18 años de transcurso de la misma, pero en Loramendi encontramos el apoyo necesario para afrontar la última etapa.
Creo que mi madre ha estado en las mejores manos posibles, los recursos internos con los que contáis, además de vuestro buen hacer, ayudaron a que mi madre en un principio hasta “mejorara”, la estimulación y la relación con un montón de profesionales fue clave. La enfermedad es la que es y al final se come y desdibuja a la persona.
La entrada fue clave, el proceso de acogida tanto de la familia como de mi madre nos dio mucha seguridad. El tiempo vivido –incluido el de pandemia por COVID-19 cuando os disteis más allá del cuerpo y alma- y la despedida final han sido especiales, cualquier familia creo que puede valorar tantos y tantos momentos especiales. No sé si se puede calificar el trabajo que hacéis, pero con vosotras se puede ir hasta el infinito y más allá.
Gracias, gracias y gracias...a todas y cada una de las personas que trabajáis ahí.
Paola Dapena, hija de Paola Montes
Las Arenas-Getxo, a 21 de mayo del2025