Con el envejecimiento el sistema inmunitario pierde gradualmente su eficacia para detectar y eliminar los agentes infecciosos y las toxinas que llegan al organismo o las células defectuosas, como es el caso de las cancerosas, que se producen en su interior.
Consecuencias del envejecimiento en el sistema inmunitario
El sistema inmunitario es el escudo protector del organismo. Con el paso del tiempo se va afectando por el envejecimiento, lo que conlleva una serie de consecuencias negativas para la salud.
Aumento del riesgo de infecciones
El sistema inmunitario tarda más en responder a la intrusión en el organismo de agentes patógenos, como virus, bacterias u hongos.. De ahí, por ejemplo, que se recomiende a las personas mayores vacunarse contra la gripe o el neumococo.
Enfermedades autoinmunes
En algunos casos, el sistema inmunitario pierde la capacidad de diferenciar las células propias y las extrañas, atacando a las células sanas del organismo y destruyendo tejidos sanos.
Recuperación más lenta
Las heridas y las enfermedades tardan más tiempo en curarse en personas mayores, ya que el sistema inmunitario es menos eficaz a la hora de reparar los tejidos dañados.
Mayor riesgo de cáncer
El sistema inmunitario también juega un papel importante en la detección y eliminación de células cancerosas.
Prevención del deterioro del sistema inmunitario
Pese a que el sistema inmunitario se debilita naturalmente con la edad, existen maneras de frenar este proceso e incluso fortalecerlo. Adoptar un estilo de vida saludable es fundamental para mantener unas defensas fuertes y protegerse de enfermedades.
Los hábitos que se pueden incorporar a la rutina:
Dejar de fumar
El tabaquismo debilita el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de infecciones.
Hacer ejercicio regularmente
La actividad física moderada, como caminar o nadar, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y reduce el riesgo de enfermedades.
Tener una alimentación saludable
Una dieta rica en frutas, verduras, cereales y proteínas magras proporciona al cuerpo los nutrientes necesarios para mantener un sistema inmunológico fuerte.
No consumir alcohol en exceso
El alcohol en grandes cantidades puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infecciones.
Además de estas medidas, vacunarse contra la gripe y la neumonía, entre otras posibles infecciones, puede evitar este tipo de procesos infecciosos, que revisten una mayor gravedad en las personas mayores. También es importante tomar medidas para evitar caídas y lesiones, ya que la debilidad del sistema inmunitario hará que la recuperación de las mismas se prolongue.
Prevención del deterioro del sistema inmunitario
Para fortalecer aún más el sistema inmunitario en personas mayores, además de adoptar un estilo de vida saludable, existen otras estrategias importantes que pueden implementarse:
Mantener el estrés bajo control
El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunitario. Practicar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o actividades recreativas puede ayudar a reducir el estrés y fortalecer las defensas del organismo.
Dormir lo suficiente
Un sueño de calidad y suficiente duración es crucial para un sistema inmunitario saludable. Dormir entre 7 y 9 horas por noche ayuda al cuerpo a repararse y fortalecer sus defensas.
Mantenerse socialmente activo
La interacción social y el apoyo emocional pueden tener un impacto positivo en la salud general y en la respuesta inmunitaria. Mantener conexiones sociales puede reducir el riesgo de depresión y fortalecer el sistema inmunitario.
Importancia de la vacunación en personas mayores
La vacunación juega un papel crucial en la protección contra enfermedades infecciosas, especialmente en personas mayores cuyo sistema inmunitario puede estar comprometido. Vacunas como la de la gripe y la neumonía son especialmente recomendadas para esta población debido a su mayor vulnerabilidad a complicaciones severas.
Es importante seguir el calendario de vacunación recomendado por profesionales de la salud para garantizar una protección óptima contra enfermedades prevenibles por vacunación. Además, mantener las vacunas al día no solo protege a la persona mayor, sino que también contribuye a la salud pública al reducir la propagación de enfermedades infecciosas en la comunidad.