En odontología se denomina oclusión a la manera en que los dientes de la arcada superior encajan con los de la inferior y determina el funcionamiento mecánico de la boca para morder para morder, masticar, tragar o hablar.
Del mismo modo, una maloclusión se produce cuando la colocación de los dientes, no es anatómicamente perfecta por diferentes causas. Por tanto, el análisis oclusal es el procedimiento por el que los odontólogos estudian las relaciones dentarias entre las dos arcadas y de este modo identificar los problemas existentes.
Hay que tener en cuenta que una maloclusión puede repercutir negativamente tanto en la salud de los dientes como en su funcionalidad, además de generar otros síntomas:

- Los dientes pueden desgastarse y sufrir sensibilidad al frio y el calor.
- Se puede deteriorar e incluso destruirse la estructura que mantiene al diente en su lugar.
- Su puede producir pérdida de hueso.
- Los dientes se pueden romper.
- Favorece la aparición de caries y enfermedad periodontal.
- Los dientes pueden moverse.
- Dolores frecuentes de cabeza.
- Dolor en la articulación temporomandibular y muscular.
El análisis oclusal es, por tanto, la base para la planificación de una ortodoncia que permita corregir las maloclusiones y obtener una oclusión correcta de ambas arcadas dentarias. Para realizar un análisis oclusal se estudian los antecedentes orales del paciente, se efectúa una exploración completa de la boca, se realiza una radiografía y se obtiene un molde completo de la dentadura con el fin de proceder a su estudio en un aparato denominado articulador.
Todo ello permitirá obtener una información completa acerca de la existencia o no de maloclsuiones y en su caso planificar la correspondiente ortodoncia.