Se considera que un enfermo polimedicado es aquél que consume más de cinco medicamentos al día durante más de seis meses, independientemente de que se trate de fármacos prescritos por el médico, complementos nutricionales, productos de herbolario o automedicación. Lo más frecuente es que la polimedicación se dé en personas de edad avanzada, ya que suelen presentar varías patologías, la mayoría crónicas, que requieren tratamiento farmacológico.
- Adherencia al tratamiento: más de un tercio de las personas mayores con polimedicación no cumplen correctamente el tratamiento, especialmente en lo que se refiere a la dosificación. Puede ser una situación esporádica o frecuente.
- Varios médicos prescriptores: es frecuente que un paciente visite a médicos diferentes de distintas especialidades, sin informarles de los tratamientos que está siguiendo aún cuando el médico se lo pregunte (porque no se recuerda).
- Superposición de tratamientos: hay personas mayores que no comprenden suficientemente las instrucciones del médico cuando éste cambia su medicación y continúan tomando los fármacos que se han eliminado junto a los nuevos.
- Automedicación: muchos pacientes con polimedicación se automedican sin tener en cuenta posibles efectos adversos o interacciones de estos fármacos con los que ya está tomando.
- Alteraciones metabólicas propias de la edad: el envejecimiento hace que algunos medicamentos se absorban en el organismo más lentamente, en menor cantidad o de diferente manera, lo que hace necesario un periodo de seguimiento hasta ajustar la dosis del fármaco para que alcance su máxima eficacia. Además, hay que tener en cuenta la posible toxicidad de los medicamentos.
- Interacciones: hay que tener muy en cuentas las posibles interacciones entre los medicamentos que se están tomando, especialmente cuando alguno de ellos es sustituido, bien como consecuencia de la aparición de efectos adversos o por razones de pérdida de efectividad.
- Efectos adversos: algunos medicamentos generan efectos adversos importantes cuando se toman de forma prolongada y otros pueden hacerlo en las primeras tomas.
- Trastornos funcionales del paciente: en las personas mayores es frecuente que aparezca una depresión, un deterioro cognitivo leve o una demencia. Estos procesos dificultan que éste pueda para cumplir correctamente con los tratamientos prescritos.
Consejos para prevenir la polimedicación
- Tener siempre a mano (por ejemplo en la puerta de la nevera) la lista de medicamentos y los momentos del día en que se deben tomar.
- Utilizar dispensadores diarios o semanales con espacios diferentes para cada día (desayuno, comida y cena).
- Cada vez que se va a un médico diferente al habitual, llevar consigo una relación de los tratamientos que se están siguiendo, con el fin de que éste valore su prescripción teniendo en cuenta las posibles interacciones entre ellos y sus efectos adversos.
- Si el médico cambia alguno de los medicamentos del tratamiento, lo mejor es deshacerse inmediatamente de aquellos que se han eliminado, preferiblemente llevándolos a la farmacia.
- Los familiares deben estar vigilantes ante la aparición de signos o circunstancias que favorezcan el incumplimiento de una o varias tomas, ya sea de forma puntual o frecuente. En tales casos deberán asegurarse de que el paciente toma sus medicamentos en la dosis y momentos indicados por el médico.
- Evitar la automedicación. Ante cualquier problema de salud que pueda surgir (catarros, estreñimiento, dolores, etc.) debe consultarse con el médico y no optar por la automedicación. Sólo él puede indicar cuál es el tratamiento más adecuado teniendo en cuenta las posibles interacciones con los que ya se toman y los posibles efectos adversos.
- Consultar al médico ante la aparición de nuevos síntomas o de aquellos que ya estaban controlados con el tratamiento pero que vuelven a aparecer.
Los pacientes en situación de polimedicación, en cualquier caso, deben someterse a un control médico regular, con el fin de que el facultativo valore la efectividad de los tratamientos que se siguen y posibles signos de toxicidad o efectos adversos y, si es necesario, proceder a reajustar las dosis o sustituir alguno de los medicamentos.