Desde que en diciembre del año 2000 el Dr. Steven Bratman publicara el libro "Health Food Junkies" ("Los yonquis de la comida sana") y fuera reseñado en The New York Times, el término ortorexia ha ido ganando espacio y tiempo en los medios de comunicación.
Aunque el término goza ya de cierta popularidad, aún no es reconocido como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué es la ortorexia?
Según Bratman, que acuñó el término (proveniente del griego orthos es justo, y exía es apetencia; el apetito justo), la ortorexia consiste en una preocupación obsesiva por la ingestión de alimentos sanos que lleva a situaciones como el aislamiento social, sentimientos de culpabilidad por haber ingerido alimentos no-sanos, o incluso la preferencia del ayuno frente al consumo de dichos alimentos.
Estas conductas son las que Bratman define por el hecho de que estas personas "tienen un menú, en vez de vida".
Entre los alimentos excluidos se encuentran la carne, las grasas, los alimentos en cuyo cultivo se han utilizado pesticidas o herbicidas así como los que contienen aditivos artificiales (colorantes, conservantes, etc¿). Hasta este punto, no hay porqué extrañarse. Cuidar la selección de los alimentos que ingerimos es recomendable y sano.
"Que no debamos obsesionarnos con la comida sana, no quiere decir que haya que dejar de preocuparse por nuestra alimentación".
¿Qué personas están en mayor riesgo de sufrirla?: suelen ser personas con una personalidad determinada; estrictas, controladas y autocríticas en exceso. Las mujeres, y practicantes de deportes en los que la dieta juega un papel fundamental (por ej. culturismo) son más vulnerables al estar pendientes del valor nutritivo de los alimentos y de cómo la ingesta repercute en su imagen corporal.
Los alimentos sanos como obsesión
El problema surge cuando esa preocupación por el origen y calidad de los alimentos se convierte en una obsesión, en un comportamiento patológico, tras el que subyacen problemas psicológicos y de adaptación social.
Las personas que sufren ortorexia se centran exclusivamente en lo que comen; la comida es el centro de sus pensamientos y de su vida.
La insatisfacción de la persona se intenta proyectar en una rígida displina alimentaria que produce una sensación de autoculpabilidad si no se sigue al pie de la letra o, por el contrario, de realización y satisfacción personal si dicha displina es respetada plenamente.
Emergente, sobre todo en Estados Unidos, donde los movimientos dietéticos alternativos han tenido gran pujanza desde los años setenta, la ortorexia es definida como una forma inadecuada de canalizar la angustia, la depresión o el ansia de las personas.
Es en este punto es donde la ortorexia se encuadra junto a otros Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) tales como la bulimia y la anorexia. Aunque no hay que olvidar que la diferencia entre éstas y la primera es la obsesión que genera la ortorexia por la calidad y no por la cantidad (exceso: bulimia; carencia: anorexia).
No en vano, diversos especialistas indican que la ortorexia deriva en ciertos casos de una anorexia mal curada, produciendo por tanto un círculo vicioso, ya que provoca con mucha probabilidad una vuelta a la anorexia.
De este modo, el tratamiento de la ortorexia consiste en recurrir a inhibidores de la serotonina, con el fin de disminuir la impulsividad y la obsesión, así como a la psicoterapia de conducta para facilitar el aprendizaje de patrones de comportamiento más saludables.
El Dr. Bratman cita una serie de preguntas, cuyas respuestas podrían utilizarse a modo de indicativos frente a una conducta tendiente a la ortorexia:
- ¿Tu conducta alimentaria te aísla socialmente?
- ¿Te preocupa más la calidad de los alimentos que el placer de comerlos?
- ¿Conforme aumenta la calidad de tu alimentación disminuye tu calidad de vida?
Déficits nutricionales
Además, hay otra problemática unida a la ortorexia: el daño para la salud provocado por la no sustitución de los alimentos "rechazados" por otros que aporten los mismos complementos nutricionales.
Esto no es exclusivo de la ortorexia sino que afecta también a otras tendencias alimentarias que restringen los tipos de alimentos incluidos en las respectivas dietas; entre ellas, los vegetarianos, vegetalinos, veganos, crudistas (rechazan la cocción) o frutistas (sólo fruta).
Este hecho conlleva que el ortoréxico corra el riesgo de padecer anemias, carencias vitamínicas y de micronutrientes (como el hierro o el yodo) así como falta de energía. Es decir, desequilibrios nutricionales que hacen que la opción más sana sea entonces perjudicial para la salud.
Repercusión para la salud
Básicamente son dos: los déficit nutricionales que se pueden producir por dejar de consumir los alimentos necesarios para llevar una vida normal, y los problemas sociales que conlleva: rechazo a las celebraciones sociales, a comer fuera de casa, cambios de carácter, aislamiento progresivo, etc.
Cuidarse, no obsesionarse
A este respecto cabe destacar que no sólo las corrientes alternativas de alimentación son las que pueden derivar en conductas patológicas o en obsesión por diversos tipos de alimentos. Todos conocemos a personas que aún sabiendo que diversos alimentos resultan perjudiciales para la salud, no dejan o "no pueden" dejar de ingerirlos.
No en vano, los especialistas afirman que la obesidad cambiará los patrones de enfermedad del s.XXI con respecto al siglo anterior. Por lo tanto, que no debamos obsesionarnos con la comida sana, no quiere decir que haya que dejar de preocuparse por nuestra alimentación.
Redactado por www.sanitas.es bajo la supervisión médica del Dr. Ignacio Orive y con la colaboración del Dr. Carlos E. Rodríguez