La discalculia es un trastorno común que afecta a aproximadamente el 5% de la población. Si no se detecta y trata de forma temprana, puede causar problemas significativos en el aprendizaje y la vida diaria.
¿Qué es la discalculia? Entiende su funcionamiento
La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje (TEA) que afecta la capacidad de una persona para comprender y realizar matemáticas. Las personas con discalculia tienen dificultades con conceptos matemáticos básicos, como los números, las operaciones y la resolución de problemas. En resumen, dificultad para procesar información numérica.
La discalculia no es un problema de inteligencia ni de voluntad. Es un trastorno neurobiológico.
Tipos de discalculia
Existen diferentes tipos de discalculia, cada uno con sus propias características. Los tipos más comunes son:
- Discalculia del procesamiento numérico: es el tipo de discalculia más común de discalculia. Afecta a la capacidad de una persona para comprender los conceptos básicos de las matemáticas, como los números, las operaciones y la resolución de problemas.
- Discalculia del cálculo: este tipo de discalculia afecta a la capacidad de una persona para realizar cálculos matemáticos simples y complejos.
- Discalculia del razonamiento: este tipo de discalculia afecta a la capacidad de una persona para entender y resolver problemas matemáticos.
Causas de la discalculia
Las causas de la discalculia no se conocen completamente, pero se cree que está relacionada con anomalías en las áreas del cerebro que procesan la información numérica.
Las investigaciones han identificado varios factores que pueden contribuir a la discalculia, incluyendo:
- Factores genéticos: la discalculia se ha observado en familias, lo que sugiere que puede tener un componente genético.
- Factores neurológicos: las personas con discalculia pueden tener anomalías en las áreas del cerebro que procesan la información numérica.
- Factores ambientales: la discalculia puede ser causada por factores ambientales, como la exposición a toxinas o la falta de estimulación temprana.
La discalculia es un trastorno que se puede diagnosticar a cualquier edad, pero es más probable que se diagnostique en la escuela, cuando los niños comienzan a aprender matemáticas.
Síntomas de discalculia más comunes
Los síntomas de la discalculia pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Dificultad para aprender los conceptos básicos de las matemáticas (números, operaciones o resolución de problemas).
- Dificultad para realizar cálculos matemáticos simples y complejos.
- Dificultad para entender conceptos matemáticos abstractos, como las proporciones, las fracciones y los porcentajes.
- Dificultad para seguir instrucciones matemáticas.
- Dificultad para resolver problemas matemáticos.
Síntomas de discalculia en niños y adolescentes
En los niños, los síntomas de la discalculia pueden ser más evidentes en el entorno escolar. Algunos de los signos, además de los ya mencionados, que pueden indicar que un niño tiene discalculia incluyen:
- Confusión entre los símbolos numéricos.
- Dificultad para entender el valor de la posición de los números.
- Dificultad para contar de forma correcta.
Si observas alguno de estos signos en tu hijo, es importante hablar con su maestro o con un profesional de la salud mental.
Diagnóstico de discalculia
El diagnóstico de la discalculia es un proceso complejo y debe ser realizado por un profesional de la salud mental, como un psicólogo educativo, un neuropsicólogo o un terapeuta ocupacional.
El punto de inflexión, habitualmente, a la hora de diagnosticar esta enfermedad es la identificación de dificultades matemáticas significativas y persistentes.
Estos son algunas de las evaluaciones más comunes para diagnosticar discalculia:
- Una entrevista con el niño o el adulto. En esta entrevista, el profesional de la salud mental hablará con el niño o el adulto sobre sus dificultades matemáticas.
- Una evaluación de las habilidades matemáticas. Esta evaluación puede incluir pruebas estandarizadas o pruebas informales. Las pruebas estandarizadas miden las habilidades matemáticas de forma objetiva. Las pruebas informales pueden proporcionar información sobre las dificultades específicas que tiene el niño o el adulto.
- Una evaluación de las habilidades cognitivas generales. Esta evaluación puede ayudar a descartar otros trastornos que pueden causar dificultades matemáticas.
Si el profesional de la salud mental determina que las dificultades matemáticas son significativas y persistentes, y que no se pueden explicar por otros factores, entonces puede diagnosticar discalculia.
La importancia de la detección temprana
La discalculia es un trastorno que puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Las personas con discalculia pueden tener dificultades en la escuela, en el trabajo y en las actividades de la vida cotidiana que requieren matemáticas.
Algunos de los inconvenientes de no detectarla en una etapa temprana son:
- Desarrollo académico: las matemáticas son una parte integral del currículo escolar desde una edad temprana. La falta de habilidades matemáticas puede llevar a un rendimiento académico deficiente, que a su vez podría afectar las opciones educativas a largo plazo.
- Autoestima y salud mental: no abordar el problema puede tener un impacto significativo en la autoestima del niño, ya que puede sentirse menos capaz que sus compañeros. Esto puede llevar a estados de ansiedad y depresión.
- Habilidades de vida cotidiana: las matemáticas no solo son necesarias en el ámbito académico, sino que también son esenciales en tareas cotidianas, como la gestión del tiempo, la cocina y el manejo de las finanzas personales.
- Dificultad de tratamiento en etapas posteriores: los tratamientos y estrategias de adaptación suelen ser más efectivos cuando se implementan a una edad temprana, cuando el cerebro todavía está en una fase de rápido desarrollo y plasticidad.
Contar con un diagnóstico y tratamiento temprano permitirá, en primer lugar, realizar una intervención más efectiva y, en segundo lugar, planificar una educación personalizada con el fin de aminorar el impacto de esta enfermedad y de sus consecuencias.
Tratamientos para la discalculia, ¿qué puedo hacer?
La discalculia es un trastorno del aprendizaje para el cual no existe una cura para la discalculia, pero existen tratamientos que pueden ayudar a las personas con este trastorno a mejorar sus habilidades matemáticas y a alcanzar su máximo potencial académico y profesional.
Tratamientos principales
Los tratamientos principales para la discalculia se centran en:
- Desarrollar las habilidades matemáticas básicas. Enseñar a comprender los conceptos básicos de las matemáticas, como los números, las operaciones y la resolución de problemas.
- Mejorar la comprensión de los conceptos matemáticos. Ayudar a comprender los conceptos matemáticos abstractos, como las proporciones, las fracciones y los porcentajes.
- Fomentar el aprendizaje independiente. Enseñar a desarrollar estrategias para aprender y resolver problemas matemáticos de forma independiente.
Tratamientos secundarios
En algunos casos, el tratamiento para la discalculia puede incluir el uso de medicamentos. Los medicamentos no curan la discalculia, pero pueden ayudar a mejorar la atención y la concentración, lo que puede facilitar el aprendizaje de las matemáticas.
Entre otros, los medicamentos más populares para afrontar esta enfermedad son:
- Medicamentos para mejorar la atención y la concentración: estos medicamentos pueden ayudar a los niños con discalculia a prestar atención en clase y a concentrarse en las tareas matemáticas. Algunos ejemplos incluyen medicamentos estimulantes, como el metilfenidato (Ritalin) o la dextroanfetamina (Dexedrine).
- Medicamentos para mejorar la memoria: estos medicamentos pueden ayudar a los niños con discalculia a recordar los conceptos y las operaciones matemáticas. Algunos ejemplos incluyen medicamentos no estimulantes, como la guanfacina (Intuniv) o la clonidina (Kapvay).
Otros tratamientos para tratar la discalculia
Además de los tratamientos mencionados anteriormente, existen otros enfoques que pueden ser útiles para las personas con discalculia. Estos enfoques incluyen:
- Herramientas tecnológicas: las tecnologías, como las calculadoras y las aplicaciones educativas, pueden ayudar a las personas con discalculia a realizar cálculos matemáticos y a comprender conceptos matemáticos. Algunas aplicaciones educativas populares para personas con discalculia son Math Mammoth, Khan Academy y Prodigy Math.
- Programas de aprendizaje acelerado: estos programas pueden ayudar a las personas con discalculia a aprender los conceptos matemáticos de forma más rápida y efectiva. Algunos ejemplos incluyen el Programa de Aprendizaje de Matemáticas de la Universidad de California, Berkeley y el Programa de Aprendizaje de Matemáticas de la Universidad de Washington.
- Educación especial: la educación especial puede proporcionar a los niños con discalculia el apoyo y los servicios que necesitan para tener éxito en la escuela. La educación especial puede incluir clases individuales o en pequeños grupos, adaptaciones curriculares y servicios de apoyo emocional.
¿Qué tipo de tratamiento elegir para mi caso de discalculia?
La elección del tratamiento adecuado para la discalculia dependerá de las necesidades individuales de la persona. Es importante y necesario trabajar con un profesional de la salud mental para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Estudios acerca de la discalculia empleados en este artículo
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Genetic and environmental contributions to developmental dyscalculia: a review of the research literature. Dehaene, S., Piazza, M., Pinel, P., Le Bihan, D., & Cohen, L. (2003). Nature Neuroscience, 6(3), 255-262.
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Neuroimaging of developmental dyscalculia. Dehaene, S. (2011). Annual Review of Neuroscience, 34, 181-201.
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Dyscalculia: a review of the literature. Shalev, R. S., Manor, O., & Gross-Tsur, V. (2005). Journal of Child Psychology and Psychiatry, 46(6), 767-780.